Al menos 27 personas murieron y 149 resultaron heridas en los ataques israelíes contra la Franja de Gaza de las últimas 24 horas, según el recuento de los hospitales publicado este lunes por el Ministerio de Sanidad gazatí.
Desde que empezó la guerra, hace casi 15 meses, 45.541 personas han muerto y 108.338 han resultado heridas en el devastado enclave, según los registros sanitarios. Las autoridades estiman que los cuerpos de otros 11.000 desaparecidos siguen enterrados bajo los escombros.
Este lunes, el Gobierno gazatí, controlado por el grupo islamista Hamás, aseguró que al menos 7 personas han muerto de frío desde que comenzó el invierno por la falta de refugios adecuados, y que se espera que la cifra aumente.
“Se espera que continúen las fuertes lluvias, así como las olas de frío invernal, en los próximos días, lo que pone en un peligro real las vidas de los desplazados”, dijo la oficina de medios del Gobierno, que ayer avisó del empeoramiento de las condiciones meteorológicas.
Según la ONU, al menos 945.000 personas necesitan ropa y suministros contra el frío en Gaza para sobrellevar el invierno, que puede ser letal ante la combinación de temperaturas gélidas, enfermedades infecciosas y desnutrición.
Según la agencia oficial de noticias palestina, Wafa, un bebé de un mes de edad murió esta mañana de frío, después de que su hermano gemelo falleciese ayer por el mismo motivo.
Con su muerte, ya son seis los bebés recién nacidos que han fallecido por el frío en el enclave, a los que se suma un enfermero que trabajaba en el Hospital Europeo de Jan Yunis y que fue encontrado el viernes muerto en su tienda de campaña junto a las costas del sur de Gaza.
Cientos de miles de gazatíes viven hacinados en una reducida área junto a las costas del sur y centro de Gaza, conocida como la “zona humanitaria” de Mawasi, después de numerosas órdenes de evacuación israelíes a lo largo y ancho del enclave, sin apenas acceso a la electricidad o al agua corriente.
El Gobierno gazatí estima que más del 80 % de las tiendas de campaña de Mawasi están muy deterioradas por las inclemencias del tiempo desde hace meses y apenas protegen del frío.