El Kremlin afirmó el miércoles que quiere ver la situación estabilizada en Siria “lo antes posible”, tras la caída de su aliado Bashar al Asad, y condenó los bombardeos de Israel y su despliegue junto al Golán ocupado.
“Nos gustaría que la situación en el país se estabilice lo antes posible, de una manera u otra”, declaró a la prensa el portavoz de la presidencia, Dmitri Peskov.
En su opinión, los cientos de bombardeos efectuados por Israel contra posiciones estratégicas en Siria y el despliegue sus tropas cerca de la zona del Golán sirio ocupado “no contribuyen para nada a la estabilización de la situación en una Siria ya desestabilizada”.
Peskov también dijo que Moscú está “en contacto” con las nuevas autoridades sirias, especialmente en relación a las dos bases rusas en el territorio: la base naval de Tartús y el aeródromo militar de Hmeimim.
“Mantenemos contacto con los que controlan la situación en Siria, es necesario, ya que tenenos una base allí y una representación diplomática. Y las cuestiones relacionadas con la seguridad de estas instalaciones son extremadamente importantes”, declaró.
Rusia era, con Irán, el principal aliado del expresidente sirio Bashar al Asad e intervenía militarmente en Siria desde 2015. Un alto funcionario ruso confirmó el martes que Asad, derrocado por una ofensiva relámpago de una coalición de rebeldes liderada por islamistas radicales, se refugió en Rusia.