El líder opositor venezolano Edmundo González Urrutia ha confirmado su intención de regresar a Venezuela para tomar posesión de la presidencia el próximo 10 de enero, en lo que considera una acción respaldada por los más de 7.3 millones de votos que asegura haber obtenido en las elecciones pasadas. En una entrevista con EFE, González Urrutia expresó confianza en que no será detenido, pero afirmó estar “moralmente preparado” para afrontar cualquier consecuencia.
“Soy el candidato que obtuvo la victoria ese día y, en circunstancias normales, tomaría posesión de la presidencia tal como lo dispone la Constitución”, declaró.
González Urrutia delineó los primeros pasos que daría de asumir el cargo. Su prioridad, afirmó, sería garantizar una transición pacífica mediante un decreto que libere a los cerca de 2,000 presos políticos que hay en Venezuela. “Lo primero que hay que hacer es liberar a quienes han sido encarcelados por razones políticas. Esto enviará un mensaje claro de reconciliación nacional”, afirmó.
En cuanto al futuro de Nicolás Maduro, el líder opositor sostuvo que el mandato del actual presidente terminará el 10 de enero, momento en el cual deberá dejar el cargo. “La Constitución permite un solo presidente. Él deberá decidir si se queda como ciudadano en Venezuela o toma otro rumbo”, indicó.
Cuando se le preguntó si estaba preparado para enfrentar una posible detención al regresar al país, González Urrutia respondió con serenidad: “Confío en que no seré detenido, pero estoy preparado, tanto moral como personalmente, para esa posibilidad”.
El regreso de González Urrutia representa un punto crítico en el panorama político venezolano, en el que la oposición busca reactivar su lucha contra el gobierno de Maduro. La tensión crece a medida que se acerca la fecha del 10 de enero, con expectativas de posibles enfrentamientos legales y políticos que podrían definir el futuro del país.
El mundo estará atento al desenlace de este enfrentamiento, en el que González Urrutia insiste en su derecho constitucional de asumir la presidencia, mientras Maduro sigue firme en el poder.