EEUU. – Hoy, 5 de noviembre de 2024, Estados Unidos se enfrenta a una de las elecciones presidenciales más inciertas y polarizadas de su historia. La actual vicepresidenta y candidata demócrata Kamala Harris se disputa la presidencia con el expresidente republicano Donald Trump, quien busca un regreso al poder tras haber sido derrotado en 2020.
A esta cita histórica han llegado tras una campaña llena de giros imprevistos, incluyendo la sorprendente retirada del presidente Joe Biden y dos intentos de asesinato contra Trump.
A esta hora, más de 80 millones de estadounidenses ya han ejercido su voto, ya sea de forma anticipada o por correo postal, y los centros de votación se mantienen abiertos hasta las 9:00 p.m. hora local en todo el país. A pesar de la amplia participación, los resultados pueden no ser inmediatos, dado que, en una contienda tan reñida, el escrutinio podría extenderse varios días. La confirmación oficial no se dará hasta el 6 de enero de 2025, cuando el Congreso certifique el resultado, y el nuevo presidente tomará posesión del cargo el 20 de enero.
Con el sistema electoral basado en el Colegio Electoral, el ganador de las elecciones será quien obtenga al menos 270 votos electorales de los 538 en juego. Aunque las encuestas apuntan a una disputa cerrada, la atención se centra en siete estados clave: Georgia, Pensilvania, Carolina del Norte, Wisconsin, Michigan, Arizona y Nevada, cuya tendencia será decisiva para inclinar la balanza a favor de uno u otro candidato.
Una campaña tensa
Las campañas de ambos candidatos han estado marcadas por la confrontación constante. Kamala Harris, quien asumió el liderazgo de la candidatura demócrata tras la retirada de Biden, ha intentando atraer a los republicanos independientes descontentos con la retórica polarizante de Trump. En sus últimos actos de campaña, Harris señaló que esta elección es la oportunidad para “pasar página a una década de política guiada por el miedo y la división”.
Por su parte, Donald Trump ha mantenido su estilo combativo y populista, apelando a su base con promesas de restaurar una “edad de oro” en Estados Unidos. En su cierre de campaña en Michigan, el exmandatario afirmó: “Con su voto, podemos arreglar todos y cada uno de los problemas a los que se enfrenta nuestro país y llevar a Estados Unidos a nuevas cimas de gloria”.
Esta contienda ha sido escenario de sucesos dramáticos: desde el mencionado intento de asesinato de Trump en dos ocasiones hasta la sorpresiva salida de Biden de la contienda.
Las últimas semanas han sido intensas para ambos candidatos, que luchan por captar a los votantes indecisos, quienes se convierten en el verdadero factor decisivo de esta elección.
Los debate
El 10 de septiembre, Kamala Harris y Donald Trump protagonizaron su único debate directo, tras la salida de Biden de la carrera. Fue una confrontación en la que Harris logró imponerse con una postura moderada, mientras Trump, fiel a su estilo, se mostró agresivo y provocador.
Un país dividido y un mundo atento
Las elecciones de 2024 no solo están siendo seguidas con atención dentro de Estados Unidos, sino también a nivel global.
Las implicaciones de la victoria de uno u otro candidato se extienden más allá de las fronteras del país, con repercusiones importantes en temas como la guerra en Ucrania, las relaciones con Oriente Medio y las políticas comerciales hacia potencias como China y México.
Además, las promesas de Trump de políticas proteccionistas y su enfoque más nacionalista en el comercio podrían tener efectos de largo alcance, mientras que Harris, en su campaña, ha subrayado la necesidad de un regreso al multilateralismo y la cooperación internacional, especialmente en temas como el cambio climático y la seguridad global.
Hoy, el país se encuentra ante una de las decisiones más trascendentales de su historia reciente.
Con la participación electoral alcanzando cifras históricas, todos los ojos están puestos en los resultados de esta noche, pero el proceso podría prolongarse más allá.
Los estadounidenses y el mundo esperan con ansiedad un desenlace que definirá el rumbo de Estados Unidos, tanto a nivel interno como en su relación con el resto del mundo.