El huracán Oscar tocó tierra este domingo en el este de una Cuba en pleno colapso energético y que entra en su tercera noche de apagón casi total, a pesar de los esfuerzos de las autoridades para restablecer el sistema.
“Oscar ha tocado tierra en la provincia cubana de Guantánamo, cerca de la ciudad de Baracoa” a las 17H50 locales (21H50 GMT), dijo el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos, que precisó que el huracán llegó con vientos máximos sostenidos cercanos a los 130 kilómetros por hora.
Poco antes, el Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología de Cuba dijo que la estación meteorológica de punta Maisí, en la provincia de Guantánamo, reportaba vientos sostenidos de 80 km/hy una racha de 116 km/h.
El huracán llegó a una Cuba sin electricidad desde el viernes por una falla en la central termoeléctrica Antonio, la más importante de la isla, que provocó la caída del sistema nacional.
El gobierno cubano dijo el domingo más temprano que esperaba restablecer el servicio el lunes por la noche para la gran mayoría de la isla. Sin embargo, poco después de ese anuncio, se registró una nueva falla, tras lograr llevar el servicio a más de 200.000 personas en La Habana, según la empresa eléctrica nacional.
“Hace pocos minutos ocurrió otra desconexión del Sistema Eléctrico, SEN. De inmediato comenzó la labor de restablecimiento”, afirmó el ministerio de Energía y Minas de Cuba su cuenta de X.
El ministro de esa cartera, Vicente de la O Levy, había señalado en conferencia que “entre mañana lunes en la mañana, en la tarde, en la noche”, el servicio estaría restablecido para la mayoría de los cubanos, precisando que “el último cliente puede estar recibiendo (el servicio) quizás el próximo martes”.
El ministro explicó que las autoridades se preparaban para la afectación de las líneas de transmisión en esas zonas por los fuertes vientos que ya afectan esa zona del país.
El presidente Miguel Díaz-Canel dijo el sábado por la noche en la red X que “ya se trabaja arduamente para la protección del pueblo y los recursos económicos, ante la inminencia del huracán Oscar”. “Igualmente se atiende la situación energética” de la isla, añadió.
Dificultad tras dificultad
Las autoridades suspendieron las clases y las actividades laborales imprescindibles hasta el miércoles, solo se mantendrán funcionamiento hospitales y servicios vitales para la población.
“Este apagón les complica muchísimo la vida a los cubanos. La situación es bien difícil, pero yo intento mantener la calma, porque ya es demasiado estrés en este país”, declaró a la AFP Yaima Valladares, una bailarina de 28 años.
El ama de casa Isabel Rodríguez, de 72 años, se queja de no poder dormir. “Cómo no se nos va a enredar la vida, si no tenemos nada, ni los motores del agua pueden ponerse”, dijo.
“Ya mi frío (refrigerador) tiene tres días de descongelado y temo que se me eche a perder todo”, explicó este domingo Adismary Cuza, una trabajadora privada de 56 años, está desesperada.
“Dos días sin luz, ¿qué es esto caballero? ¿Qué va a pasar? El cubano está cansado de tanta cosa”, añade Serguei Castillo, de 68 años, está tan preocupado como Cuza.
El jueves, Díaz-Canel dijo que la crisis obedece a la dificultad para comprar el combustible que necesita el sistema eléctrico, debido al embargo que Washington aplica contra la isla desde 1962.
Ese mismo día, el gobierno anunció la paralización de labores estatales para enfrentar la crisis que en las últimas semanas ha dejado a la población de varias provincias hasta 20 horas sin luz en un día.
Los cubanos sufren desde hace tres meses prolongados apagones, con un déficit de hasta el 30% en la cobertura nacional. El jueves, un día antes del apagón total, llegó al 50%.
Sistema precario
En la isla, la electricidad se genera a través de ocho desgastadas termoeléctricas dependientes de carburante, que en algunos casos presentan averías o se encuentran en mantenimiento, así como de varias plantas flotantes -que el gobierno renta a empresas turcas- y grupos electrógenos.
En su mayoría, esta infraestructura requiere de combustible para funcionar.
Con escasez de alimentos, medicinas, una inflación disparada y apagones crónicos que limitan el desarrollo de las actividades productivas, Cuba enfrenta su peor crisis económica en tres décadas.
Los apagones fueron uno de los detonantes de las históricas manifestaciones del 11 de julio de 2021.