Un nuevo huracán se acerca este domingo a Florida, en medio de la polémica en torno a la ayuda federal brindada a las víctimas tras el devastador paso del huracán Helene por el sureste de Estados Unidos hace una semana.
Milton, que se encuentra en el Golfo de México, se ha transformado en huracán de categoría 1 (de 5) y se espera que se fortalezca hasta convertirse en un “huracán de gran alcance” (categoría 3 y superior) antes de tocar tierra en Florida a mediados de la próxima semana, advirtió el Centro Nacional de Huracanes (NHC).
Estas predicciones causan preocupación en Florida, así como en todo el sureste del país, gran parte del cual ha quedado devastado desde el paso de Helene.
Los servicios de emergencia siguen trabajando arduamente para ayudar a las numerosas víctimas de este huracán, el más mortífero que ha azotado Estados Unidos desde Katrina, en 2005.
Helene, que alcanzó su punto máximo como huracán de categoría 4, causó hasta ahora 226 muertes en media docena de estados del sureste del país y provocó inundaciones de gran porte.
Al calentar las aguas del mar, el cambio climático hace más probable una rápida intensificación de las tormentas y aumenta el riesgo de huracanes más poderosos, según numerosos científicos.
El Observatorio Meteorológico de Estados Unidos (NOAA) advirtió a finales de mayo que la temporada de huracanes, que se extiende desde principios de junio hasta finales de noviembre, se perfilaba esta vez como extraordinaria, con la posibilidad de entre cuatro y siete huracanes de categoría 3 o más.
“Totalmente preparados”
“Estamos totalmente preparados” para afrontar las consecuencias de Milton, aseguró el domingo la directora de la agencia federal de respuesta a desastres naturales (FEMA), Deanne Criswell.
“Comenzamos a prepararnos para esto hace varios días, incluso antes de que (la tormenta) se formara. Sabemos que se dirige directamente a Florida”, dijo durante una entrevista en ABC.
“Desplegaremos recursos a la altura de las necesidades”, añadió, precisando que los equipos ya están en el lugar.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, amplió el domingo el estado de emergencia declarado la víspera a 51 de los 67 condados del área.
Según el NHC, “fuertes precipitaciones afectarán a partes de Florida” el domingo y el lunes incluso antes de que llegue Milton, que avanza con vientos máximos sostenidos de 130 kilómetros por hora.
Si bien es “todavía demasiado pronto para especificar la escala exacta y la ubicación de los impactos más significativos”, la agencia advierte de la posibilidad de “vientos destructivos” y marejadas ciclónicas importantes más adelante en la semana.
Rumores
Esta nueva amenaza se produce en momentos en que las autoridades estadounidenses luchan por contrarrestar una avalancha de desinformación sobre la ayuda brindada a las víctimas de desastres en el sureste.
El expresidente y candidato republicano Donald Trump repitió el sábado acusaciones, también recogidas por el magnate Elon Musk, de que la administración demócrata había redirigido fondos de ayuda destinados a las zonas devastadas por el huracán Helen para dedicarlos a programas en favor de los inmigrantes.
“Es francamente ridículo y simplemente falso”, respondió el domingo la directora de FEMA, fustigando la ola de rumores que abundan en las redes sociales sobre el tema.
Trump había acusado a principios de semana al gobierno y a las autoridades demócratas de Carolina del Norte de “no prestar asistencia deliberadamente a los habitantes de las zonas republicanas”.
“Este tipo de retórica no ayuda a la gente”, lamentó Deanne Criswell, preocupada por el impacto de estas noticias falsas sobre el trabajo de los servicios de emergencia.
Los afectados “tienen miedo de pedirnos ayuda o registrarse para recibir ayuda”, dijo. “Y esto tiene un impacto considerable en la comodidad de nuestros equipos (…) es desmoralizante”.
FEMA, así como las autoridades de Carolina del Norte, el estado más afectado por los huracanes, han creado una página que deconstruye estas falsas acusaciones, como aquella según la cual los hogares que solicitaron ayuda federal tras el desastre podrían verse expropiados.