Millones de estadounidenses continuaban este sábado sin electricidad y muchos enfrentaban inundaciones “catastróficas”, mientras los remanentes del potente huracán Helene azotaban los estados del este y medio oeste de Estados Unidos, donde su paso deja al menos 53 muertos.
Los equipos de rescate están trabajando para restablecer el suministro eléctrico y hacer frente a las consecuencias de los desbordamientos masivos, que han destruido viviendas, carreteras y negocios en varios estados.
Al menos 22 personas han muerto en Carolina del Sur, 17 en Georgia, 11 en Florida, dos en Carolina del Norte y una en Virginia, según un balance elaborado por la AFP a partir de declaraciones de las autoridades locales.
“Estoy profundamente entristecido por las pérdidas humanas y la devastación causadas por el huracán Helene”, dijo el sábado el presidente estadounidense, Joe Biden. “El camino hacia la recuperación será largo”, agregó.
En Cedar Key, una isla de apenas unos cientos de habitantes en la costa oeste de Florida, los tejados de las casas fueron arrancados y las paredes abiertas de golpe.
“Me rompe el corazón ver esto”, dijo a la AFP Gabe Doty, un empleado municipal. “Muchas casas han desaparecido, el mercado ha desaparecido. La oficina de correos ha desaparecido. Es una verdadera tragedia, y va a ser difícil reconstruir”, comentó.
Helene tocó tierra el jueves por la tarde cerca de Tallahassee, capital del estado de Florida, como huracán de categoría 4 en una escala de 5, con vientos de 225 km/h, y continuó causando estragos incluso después de debilitarse a ciclón postropical.
La tormenta siguió después por varios estados, provocando intensas inundaciones, antes de ir perdiendo fuerza de a poco.
Mejoras progresivas
“Las condiciones van a mejorar el sábado, tras las inundaciones catastróficas de los dos últimos días”, señaló el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos.
Sin embargo, la tormenta ha dejado vastas zonas destruidas por deslizamientos de tierra y crecidas, incluso en lugares distantes como Asheville, en Carolina del Norte.
“Esta es una de las peores tormentas de la historia moderna en partes del oeste de Carolina del Norte”, dijo su gobernador, Roy Cooper, en una conferencia de prensa el viernes por la noche.
Las operaciones de rescate continúan, indicó su oficina.
Más de un millón de clientes permanecían sin electricidad en la tarde de este sábado en Carolina del Sur y otros 730.000 en Georgia, además de varios cientos de miles en otros estados, según el sitio web de seguimiento poweroutage.com.
Helene se desplazó sobre aguas especialmente cálidas tras formarse en el Golfo de México.
“Es probable que estas aguas tan cálidas influyeran en la rápida intensificación de Helene”, explicó a la AFP la climatóloga Andra Garner.
Según los científicos, al calentar las masas de agua del océano, el cambio climático aumenta la probabilidad de que las tormentas se intensifiquen rápidamente y el riesgo de huracanes más potentes.