El alcalde de Nueva York, Eric Adams, se declaró este viernes no culpable de los cinco cargos de corrupción de los que le acusa la Fiscalía federal, relacionados con soborno y donaciones ilegales de fondos por parte del Gobierno de Turquía para financiar su campaña.
“No soy culpable”, dijo a la jueza Katharine Parker en una breve audiencia en el tribunal federal para el distrito sur de Nueva York, muy cerca del ayuntamiento.
Adams llegó hoy temprano a la corte junto a su abogado Alex Spiro, donde fue procesado como cualquier acusado para luego escuchar la lectura de los cargos. Después, fue puesto en libertad con la advertencia de no tener contacto con testigos ni con otras personas implicadas en su caso.
El alcalde, en su primer cuatrienio y con su mirada puesta en la reelección, rechazó la lectura de los cargos, contenidos en un documento de 57 páginas, al señalar al juez que ya los conocía.
Los cargos consisten en fraude electrónico y soborno, y aceptación de donativos de campaña de extranjeros y regalos a cambio de hacer favores a sus donantes, entre ellos presionar al Departamento de Bomberos para que autorizara la apertura de un edificio del Gobierno turno frente a la ONU.
La acusación indica que esas donaciones de contribuyentes ricos fueron encubiertas a través de testaferros en EE.UU. y que las empresas lo hicieron a través de múltiples empleados, evadiendo así la ley para evitar la influencia extranjera en las elecciones estadounidenses y reducir el poder corporativo en la política.
La jueza Parker advirtió a Adams, que es exsenador estatal, excapitán de policía y expresidente del condado de Brooklyn, que no debe faltar a ninguna audiencia en el tribunal ni intimidar a nadie en relación con el caso.
Adams, que no hizo comentarios a su llegada y salida del tribunal, debe regresar a la corte para otra audiencia el miércoles, ante el juez asignado al caso, Dale Ho, y su abogado Spiro adelantó a su salida ante una multitud de periodistas que pedirá que se desestimen los cargos porque su cliente es inocente.
Spiro es un abogado de alto perfil con clientes como Jay-Z, Alex Baldwin y Elon Musk, según el New York Times.
Adams ha reiterado su inocencia desde que trascendió que era investigado por el FBI y tras conocerse finalmente los cargos el jueves, y hoy se reafirmó en que no renunciará pese a la gran cantidad de voces dentro de su propio Partido Demócrata que piden su dimisión.