Los países miembros de la ONU adoptaron este domingo por consenso un Pacto para el Futuro destinado a “construir un mundo mejor” para la humanidad, pese a la oposición de algunos países como Rusia, Venezuela o Nicaragua.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, había propuesto en 2021 la idea de una “Cumbre del futuro” presentada como “una ocasión única” para cambiar el curso de la historia de la humanidad en un mundo acosado por las guerras, la pobreza y el cambio climático.
En un mundo acosado por «riesgos catastróficos existenciales crecientes» como guerras, cambio climático y pobreza, los mandatarios de los 193 países de la ONU suscribieron este domingo un «Pacto para el futuro» con grandes aspiraciones aunque suscita dudas sobre su cumplimiento.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, lanzó en 2021 la idea de la denominada Cumbre del Futuro, pero en los últimos días no ha escondido su frustración ante las dificultades de alcanzar un texto de consenso ambicioso, para lo que ha pedido a los Estados que den muestras de «visión», «valentía» y «ambición».
«Vivimos un mundo con problemas, desgarrado por los conflictos y las desigualdades, amenazado por el caos climático y las tecnologías no reguladas, con los Objetivos de Desarrollo Sostenible en peligro, con muchos países sumidos en una deuda desastrosa y en una crisis del costo de la vida», advirtió el sábado Guterres.
Con 56 acciones, el Pacto para el Futuro desgrana los compromisos de los dirigentes del mundo para reforzar el multilateralismo, el respeto a la Carta de la ONU, el mantenimiento de la paz, la reforma de la arquitectura financiera internacional y del Consejo de Seguridad o la lucha contra el cambio climático, el desarme y el desarrollo de la inteligencia artificial.
«Creemos que existe un camino hacia un futuro mejor para toda la humanidad, incluidos aquellos que viven en la pobreza y la exclusión», aseguran.
Aunque hay algunas «buenas ideas», «no es el tipo de documento revolucionario» para reformar el multilateralismo que le hubiera gustado a Guterres, dice a la AFP Richard Gowan, investigador del International Crisis Group.
Una opinión extendida entre los diplomáticos de los Estados miembros: «templado», «el mínimo común denominador», «decepcionante», son los calificativos más frecuentes.
Pese a arduas negociaciones en los últimos días, Rusia sigue manteniendo objeciones contra el texto cuya versión final fue dada a conocer este sábado, dijo una fuente diplomática a la AFP.
Ello no significa que impedirá su adopción este domingo por consenso.
La lucha contra el calentamiento del planeta ha sido uno de los puntos más sensibles de la negociación, en particular la «transición» de las energías fósiles a otras más limpias.
Pese a las críticas y aunque no se puede esperar que este Pacto cree la paz de la noche a la mañana, es «una oportunidad para afirmar nuestro compromiso colectivo con el multilateralismo, a pesar del difícil contexto geopolítico actual», afirma un diplomático occidental, insistiendo en la esperanza de reforzar la confianza entre el Norte y el Sur.
En particular, los países en desarrollo reclaman compromisos concretos sobre la reforma de las instituciones financieras internacionales, para facilitar el acceso de algunos de ellos a financiación preferente para hacer frente al impacto del cambio climático.
Pero «los líderes mundiales deben demostrar que están dispuestos a actuar para garantizar el respeto de los derechos humanos», insiste Louis Charbonneau, experto de la ONG en la ONU.
A pesar de su contenido, el Pacto y sus anexos (Agenda Digital Global y Declaración para las Generaciones Futuras) no son vinculantes, lo que plantea la cuestión de su aplicación en un momento en que algunos de los principios propuestos, como la protección de los civiles en los conflictos, se violan a diario.
«Nos corresponderá entonces dar vida a estos textos. Pasar de las palabras a los hechos. Y utilizarlos para poner a la humanidad en un camino mejor», subrayó Guterres.