Después de 42 años de angustia y búsqueda incesante, Luz Núñez, una madre dominicana, finalmente pudo abrazar a su hija, Candy De Jesús Núñez, quien fue robada al nacer en un hospital en República Dominicana en la década de 1980. El emotivo reencuentro, que tuvo lugar en Far Rockaway, Nueva York, marcó el fin de una dolorosa separación y el comienzo de una nueva etapa para ambas.
Luz se mudó a Estados Unidos hace 30 años con la esperanza de encontrar algún rastro de su hija. Ese sueño se hizo realidad cuando Candy, quien fue traficada y adoptada por una familia en Florida, decidió realizarse una prueba de ADN que coincidió con la de un sobrino de Luz.
El encuentro estuvo lleno de emoción, con madre e hija fundiéndose en un largo abrazo, dejando fluir las lágrimas por las décadas de ausencia. “Siempre pedí a Dios para que llegara este momento… jamás pensé que me ocurriría a mí”, expresó Luz conmovida.
Candy, ahora madre de sus propias hijas, confesó que siempre había sentido que algo le faltaba. “Siempre me faltaba una parte de mi corazón, y cuando encontré mi acta de nacimiento, supe que mi otra madre nunca dejó de amarme y buscarme”, contó en inglés.
El robo de bebés en República Dominicana durante los años 80 fue una práctica más común de lo que muchos pensaban. Luz relató cómo, tras ir al baño en el hospital, regresó y su hija ya no estaba. A pesar del sufrimiento, nunca dejó de buscarla.
Este reencuentro trajo alegría a toda la familia, pero también estuvo marcado por la ausencia de otra hija de Luz, asesinada en febrero de este año. Ahora, la familia busca recuperar el tiempo perdido, aunque con la esperanza de encontrar a otro hermano perdido.
El reencuentro de Luz y Candy es un testimonio de perseverancia, fe y el inquebrantable lazo entre una madre y su hija, que ni 42 años de distancia pudieron romper.