Nairobi, (EFE).- El presunto autor de la muerte de la atleta ugandesa Rebecca Cheptegei, el keniano Dickson Ndiema Maranganch, murió este lunes en el hospital de Eldoret (oeste de Kenia) en el que estaba ingresado desde la semana pasada tras quemar viva a la maratoniana y sufrir él mismo graves quemaduras, informó este martes el centro médico.
Maranganch, con quien Cheptegei había mantenido una relación sentimental y del que llevaba tiempo distanciada, falleció la noche de este lunes, cinco días después que ella, en el mismo lugar, el Hospital Universitario y de Referencia Moi de Eldoret, meca del atletismo en el este de África.
Según las investigaciones preliminares de la Policía, Maranganch, que estaba internado en la unidad de cuidados intensivos (UCI) roció a Cheptegei con un bidón lleno de cinco litros de gasolina y le prendió fuego tras una disputa en la casa de la deportista en el condado de Trans-Nzoia, en el oeste de Kenia.
Al parecer, entró en la casa el domingo, 1 de septiembre, cuando la atleta, de 33 años, estaba con sus dos hijos en la iglesia y la atacó a su regreso.
Como consecuencia, Cheptegei sufrió quemaduras en el 80 % de su cuerpo que afectaron sus órganos vitales, y Maranganch en el 30 %, según una declaración del hospital recogida por medios locales.
La autopsia de la atleta, que será enterrada el próximo sábado en el este de Uganda, se realizará este miércoles, según la prensa keniana.
De acuerdo con su familia, este es un caso de violencia machista que podría haberse evitado si la Policía hubiera actuado a tiempo contra el presunto maltratador de la deportista, que representó a su país, Uganda, en la maratón de los Juegos Olímpicos de París, donde quedó en el puesto 44.
“Las agencias gubernamentales nos han fallado porque informamos con suficiente antelación sobre su seguridad, ya que este hombre solía seguirla incluso hasta Uganda, pero no actuaron con rapidez. Era evidente que su vida estaba en peligro”, dijo el padre de la corredora, Joseph Cheptegei, el pasado jueves en declaraciones a los medios.
La última denuncia la habían puesto apenas dos días antes del presunto ataque de Maranganch, aseguró Joseph Cheptegei.
La atleta murió la noche del pasado miércoles “después de que todos sus órganos fallaran”, en palabras del doctor Owen Menach, director interino del Hospital Moi.
Su muerte causó una gran consternación y provocó manifestaciones de condena en Kenia y Uganda, especialmente, pero también en el resto del mundo.