Francia se encuentra conmocionada a medida que salen a la luz más detalles del caso de Giselle Pelicot, una mujer de 72 años que durante años fue víctima de más de un centenar de violaciones perpetradas por desconocidos, con la complicidad de su esposo.
En la tercera sesión del juicio, que cuenta con 51 implicados, Giselle pidió que el proceso sea público para que los responsables sientan vergüenza por las atrocidades cometidas. “Fui sacrificada en el altar del vicio”, declaró ante el juez, revelando la magnitud de los abusos sufridos.
El esposo de Giselle, ahora su expareja, admitió ante el tribunal que la drogaba sin su consentimiento para luego ofrecerla a hombres de todas las edades contactados a través de internet.
Aunque 51 personas están involucradas en el juicio, se estima que al menos 21 más podrían estar implicadas. La mayoría de los acusados ha declarado que pensaban que ella era consciente de los abusos. Giselle descubrió la situación por accidente hace cuatro años, cuando su esposo fue arrestado por grabar a mujeres en un centro comercial y la policía encontró videos de las violaciones en su disco duro.
A pesar de que la justicia francesa le ofreció celebrar el juicio a puerta cerrada, Giselle optó por hacerlo público, buscando que sean los acusados quienes enfrenten la vergüenza y la justicia.