El ayuntamiento de Madrid anunció este jueves la prohibición a los patinetes eléctricos de alquiler de circular por sus calles, una medida similar a la ya aplicada en otras grandes ciudades del mundo, para garantizar “la seguridad de los peatones”.
“Revocamos la autorización a las empresas concesionarias de patinetes en las calles de la ciudad”, anunció el alcalde de la ciudad, José Luis Martínez-Almeida, del conservador Partido Popular, en un mensaje publicado en la red social X.
“Nuestra prioridad es la integridad física y seguridad de los madrileños”, continuó Almeida, quien precisó que la prohibición “se hará totalmente efectiva en octubre”.
Actualmente, tres empresas -Lime, Dott y Tier Mobility- contaban con la autorización para ofrecer en alquiler patinetes eléctricos en las calles de la capital española.
Pero estas compañías “han incumplido los condicionantes que impusimos para garantizar la seguridad de los peatones, especialmente, de nuestros mayores”, alegó Almeida.
El ayuntamiento, que afirmó que no volverá a conceder este tipo de autorizaciones, criticó sobre todo que el servicio no contara con cobertura de seguros, así como tampoco con tecnología para impedir que los patinetes circularan o fueran estacionados en zonas prohibidas.
Es frecuente ver en Madrid patinetes circulando rápidamente por las veredas o estacionados en medio de ellas, obligando a los peatones a sortearlos.
La oferta de los patinetes eléctricos se disparó a finales de la década de 2010 en muchas grandes ciudades, impulsada por operadores como Lime, Bird, Dott, Wind y Bolt.
Se ofrecían como una alternativa para diversificar la oferta turística de la ciudad. Pero rápidamente fueron objeto de críticas, sobre todo por el aumento de los accidentes de tráfico.
París, Las Vegas y Nueva Orleans decidieron prohibirlos después de haberlos permitido durante un tiempo, sumándose a Barcelona, Toronto o Nueva York, que nunca les dieron luz verde.
Muchas otras ciudades les han puesto restricciones, como reduciendo su número, la velocidad máxima o prohibiéndoles el uso de las aceras para circular.