Potterville, Estados Unidos.- Donald Trump dijo el jueves que haría que el gobierno o las compañías de seguros cubrieran el costo de la fertilización in vitro para “todos los estadounidenses que la necesiten” en un segundo mandato, aunque se negó a decir cómo lo pagaría.
Los derechos reproductivos han sido una gran vulnerabilidad para el candidato republicano a la Casa Blanca desde que la Corte Suprema eliminó las protecciones federales para el acceso al aborto en 2022.
La debilidad de Trump se vio aún más agravada después de que un tribunal de Alabama dictaminara en febrero que los embriones congelados creados mediante FIV deberían considerarse niños.
Trump dijo que apoyaba la FIV después de que varias clínicas pausaran sus servicios tras la decisión de Alabama.
“Hoy anuncio en una importante declaración que, bajo la administración Trump, su gobierno pagará -o su compañía de seguros estará obligada a pagar- todos los costos asociados con el tratamiento de FIV”, dijo en un mitin en Potterville, Michigan.
No ofreció ningún detalle sobre cómo funcionaría su propuesta, incluyendo cómo se financiaría, pero cuando se adelantó el anuncio en una entrevista con NBC antes del evento, Trump dijo que una opción sería que las compañías de seguros pagaran “bajo un mandato”.
Los expertos dicen que el fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos de 2022 otorgó efectivamente a los estados la última palabra sobre cuestiones de personalidad, allanando el camino para impactos de amplio alcance en otras áreas de la salud reproductiva, incluida la FIV.
No todos los estadounidenses tienen planes de seguro que cubran los tratamientos de fertilidad en cualquier caso, y los costos de hasta $20,000 o más para una sola ronda de tratamiento de FIV son demasiado caros para muchos.
El expresidente agregó que bajo un segundo mandato de Trump, los nuevos padres podrían deducir “los principales gastos del recién nacido” de su factura de impuestos, proclamando que “somos pro familia”.
Aunque su apoyo a la FIV ha sido constante desde el fallo de febrero, Trump ha cambiado con frecuencia su posición sobre el aborto, uno de los temas políticos más divisivos en el país.
En 1999, le dijo a NBC News que era “muy pro-elección” antes de anunciar que era “pro-vida” en 2011 y que las mujeres que buscan abortos deberían recibir “algún tipo de castigo” en 2016.
Trump ahora se ha atribuido el mérito de instalar a los jueces de la Corte Suprema que anularon los derechos federales al aborto, pero el jueves envió señales contradictorias sobre un referéndum en Florida este noviembre que busca revertir la prohibición de su estado natal al aborto después de seis semanas de embarazo.
Seis semanas “es demasiado poco tiempo, tiene que haber más tiempo”, dijo Trump a la NBC. “Voy a votar que necesitamos más de seis semanas”.
Poco después, su campaña emitió un comunicado diciendo que Trump no había indicado cómo votaría.
Trump y su rival electoral, la vicepresidenta demócrata Kamala Harris, están haciendo campaña en estados clave esta semana mientras se embarcan en la fase más intensa de la campaña.
Harris, durante un mitin en Savannah, Georgia, dijo a sus partidarios que Trump firmaría una ley que prohibiría el aborto a nivel nacional si ganaba.
“La nuestra es una lucha por el futuro. Y es una lucha por la libertad. Como la libertad de una mujer de tomar decisiones sobre su propio cuerpo y no dejar que su gobierno le diga lo que tiene que hacer”, afirmó.
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