Cuando Xaira Ovando Paredes nació en República Dominicana, los médicos le dieron apenas seis meses de vida debido a una enfermedad cardíaca congénita. Sin embargo, contra todas las probabilidades, Xaira pudo celebrar recientemente sus 15 años junto a su hermana gemela en Nueva York, después de haber recibido un trasplante de corazón que le salvó la vida.
Xaira nació con síndrome de heterotaxia, una rara condición que afecta al corazón y a otros órganos, haciendo que se ubiquen en el lado opuesto del cuerpo. En su caso, su corazón se encontraba del lado derecho del pecho en lugar del izquierdo. Esta compleja situación puso su vida en peligro desde el primer día.
El milagro de su supervivencia fue posible gracias al trasplante de corazón que recibió hace un año en el NYU Langone Hassenfeld Children’s Hospital de Manhattan. La joven recuerda lo difícil que fue el proceso: “Incluso un corazón que estaba listo para ser trasplantado dejó de funcionar el día antes de la cirugía”, relató Xaira a NY1 Noticias.
Un año después de la operación, Xaira regresó al hospital para agradecer a quienes la ayudaron a “volver a soñar”. Emocionada, expresó: “No sé cómo explicarlo… Muchas gracias a todos, primero a Dios, después a los médicos, y a mi familia que siempre estuvo conmigo”. Hoy, Xaira disfruta de una vida plena: “Puedo hacer cosas que ya no podía hacer antes, puedo disfrutar más”.
Yesenia Paredes, su madre, recuerda los difíciles momentos al nacer: “Los doctores me dijeron, disfrútala, que su situación es muy compleja, no llegará a los 6 meses”. En busca de una segunda oportunidad, la familia emigró a Estados Unidos en 2022, cuando Xaira tenía casi 14 años y nunca había recibido tratamiento para su condición.
El Dr. T.K. Susheel Kumar, cirujano cardíaco del Hassenfeld Children’s Hospital, explicó que el caso de Xaira fue extremadamente complicado. “Nació con una cardiopatía congénita muy severa y llevaba casi 14 años sin tratamiento. Además, tenía heterotaxia, con la mayoría de las estructuras del cuerpo en el lado opuesto”, afirmó.
El trasplante de corazón era su única opción para sobrevivir, y tanto los médicos como su familia celebran su recuperación. “Me encantan estos momentos, cuando los pacientes vuelven un año después de su trasplante de corazón”, comentó el Dr. Rakesh Singh, cardiólogo pediátrico. “Ella es una luchadora, una de las pacientes más fuertes que he atendido en mi carrera”.
Hoy, Xaira vive con gratitud, disfrutando de su vida y celebrando cada día como un nuevo milagro.