Varias agencias federales de inteligencia estadounidenses anunciaron este lunes que atribuyen a Irán la responsabilidad del ataque informático contra la campaña presidencial de Donald Trump revelado el 10 de agosto.
“Hemos observado una actividad iraní cada vez más agresiva durante este ciclo electoral”, señalan en un comunicado la policía federal (FBI), la Oficina de la directora de Inteligencia Nacional (ODNI) y la Agencia de Seguridad Cibernética y de Infraestructuras (CISA).
Esto “incluye las actividades recientemente reportadas para comprometer la campaña del expresidente Trump, que la comunidad de inteligencia atribuye a Irán”, añaden.
El equipo de campaña de Trump afirmó el 10 de agosto haber sufrido un ciberataque y acusó a “fuentes extranjeras” de haber filtrado comunicaciones internas y un expediente sobre J.D. Vance, compañero de fórmula del magnate republicano.
La inteligencia estadounidense estimó además el lunes que Teherán intentó contactar con “individuos con acceso directo a las campañas presidenciales de ambos partidos”.
“Irán busca sembrar discordia y socavar la confianza en nuestras instituciones democráticas”, denuncian el FBI, la ODNI y la CISA en el comunicado.
El 12 de agosto, Estados Unidos advirtió a Irán que interferir en sus elecciones presidenciales de noviembre tiene consecuencias.
Afirmó disponer de “un cierto número de herramientas para responsabilizar a Irán” y advirtió que no dudará en “utilizarlas”.
“Este enfoque no es nuevo. Irán y Rusia han utilizado estas estratagemas no sólo en Estados Unidos (…) sino en otros países del mundo”, afirma a nota.
En 2016, los correos electrónicos del Partido Demócrata también fueron pirateados, en particular los de su candidata Hillary Clinton, quien también se enfrentaba entonces a Trump.
El millonario, ganador de las elecciones presidenciales de ese año, fue criticado por haber fomentado ese robo de datos atribuido a Rusia.
Posteriormente, los servicios de inteligencia estadounidenses concluyeron que Rusia influyó en las elecciones de 2016 a favor de Trump, algo que el republicano niega.