Las piernas de Elaine Foo, una mujer de 49 años de Londres, cuentan una dolorosa historia. Marcas de gruesas cicatrices moradas son el recuerdo constante de un procedimiento quirúrgico de alargamiento de piernas que salió terriblemente mal.
Desde 2016, Elaine se ha sometido a cinco cirugías y tres injertos óseos, gastando sus ahorros de toda la vida y enfrentando una batalla legal contra su cirujano, la cual se resolvió en julio pasado sin que él admitiera responsabilidad alguna.
Elaine siempre había odiado su estatura. La obsesión por ser más alta la llevó a someterse a un costoso procedimiento en Londres, realizado por el cirujano ortopédico Jean-Marc Guichet. A pesar de las advertencias sobre los riesgos, Elaine decidió continuar, esperando aumentar su altura de 1,57 m a 1,65 m. Sin embargo, lo que debía ser la realización de un sueño se convirtió en una pesadilla. Durante la cirugía, un clavo de metal atravesó su fémur, el hueso más fuerte del cuerpo humano, lo que la sumió en un dolor insoportable y una serie de complicaciones que empeoraron con el tiempo.
El procedimiento de alargamiento de piernas es complejo y arriesgado. Implica romper los huesos de las piernas y usar varillas de metal para alargar gradualmente los huesos rotos. Sin embargo, en el caso de Elaine, la operación no solo falló, sino que también desencadenó una cadena de problemas de salud que la dejaron con secuelas físicas y mentales.
A lo largo de los años, Elaine tuvo que enfrentar múltiples cirugías, dolores intensos y la desesperación de ver cómo su vida se deterioraba. En 2017, después de que la relación con su cirujano se rompiera, Elaine acudió a un especialista en ortopedia del sistema de salud público británico, quien le advirtió que el camino hacia la recuperación sería largo y difícil.
Finalmente, en julio de 2023, Elaine alcanzó un acuerdo legal con el doctor Guichet, quien aceptó pagarle una suma de dinero “sustancial” sin admitir responsabilidad. A pesar del acuerdo, Elaine sigue enfrentando las secuelas de su calvario, incluyendo problemas de movilidad y trastorno de estrés postraumático.
Elaine reflexiona sobre su experiencia con amargura, afirmando que ha perdido los mejores años de su vida debido a esta cirugía fallida. Aunque antes veía el alargamiento de piernas como una solución a sus problemas, ahora reconoce el alto precio que pagó, no solo en términos económicos, sino también en su bienestar físico y mental. “Si alguien me preguntara hoy si lo habría hecho de haber sabido que iba a pasar por todo esto, le diría un rotundo: ‘No, muchas gracias'”, concluye Elaine.