Washington D.C. – Desde 1992, Estados Unidos implementa una política de “cielos abiertos” con el objetivo de eliminar la intervención gubernamental en la toma de decisiones de las aerolíneas sobre las rutas, la capacidad y los precios en los mercados internacionales.
Esta política busca facilitar un servicio aéreo más asequible, conveniente y eficiente para los consumidores, promoviendo un mayor número de viajes y comercio, así como estimulando la creación de empleos de alta calidad y el crecimiento económico.
El Departamento de Estado, en colaboración con los Departamentos de Transporte y Comercio, negocia acuerdos con gobiernos extranjeros que proporcionan el marco para el servicio aéreo comercial. Estos acuerdos, conocidos como “Open Skies”, eliminan la interferencia gubernamental en las decisiones de las aerolíneas comerciales, permitiéndoles operar con mayor flexibilidad y liberalizando las regulaciones de chárter. Además, comprometen a ambos gobiernos a mantener altos estándares de seguridad y protección, beneficiando tanto a los consumidores como a la competencia y facilitando nuevos vínculos culturales en todo el mundo.
Según la organización de defensa Aerolíneas para Open Skies, la política ha traído millones de nuevos visitantes internacionales a Estados Unidos, apoyando a más de 15 millones de empleos en los sectores de turismo y hostelería.
Estos acuerdos permiten a las aerolíneas estadounidenses acceso sin restricciones a mercados globales, así como derechos para volar a puntos entre y más allá, ofreciendo la máxima flexibilidad operativa.
Estados Unidos mantiene acuerdos recíprocos de transporte aéreo “Open Skies” con más de 130 socios. Más del 70% de las salidas internacionales desde Estados Unidos ahora vuelan a destinos de estos socios, beneficiando la economía con más de 250,000 millones de dólares anuales en gastos de visitantes internacionales.
Estudios indican que las tarifas promedio en las rutas sujetas a la política de “cielos abiertos” son un 32% más bajas, lo que hace que los viajes sean más asequibles para los estadounidenses. Además, las operaciones de carga global entregan suministros médicos esenciales y piezas críticas para empresas de fabricación en Estados Unidos.
La Brookings Institution estima que los acuerdos de “cielos abiertos” añaden más de 4,000 millones de dólares en ganancias económicas anuales a los viajeros. Asimismo, estos acuerdos han permitido la expansión de conexiones internacionales directas a varias áreas metropolitanas de Estados Unidos, generando significativa actividad económica local.
La política de “cielos abiertos” continúa siendo un motor clave para la globalización de las aerolíneas estadounidenses, fomentando la competitividad y facilitando el comercio y los viajes internacionales.
