Israel lanzó el martes un bombardeo selectivo en Beirut que asegura “eliminó” al comandante del movimiento libanés Hezbolá, Fuad Shukr, a quien responsabilizó del reciente ataque mortal en los anexados Altos del Golán.
Según el Ministerio de Salud libanés, en el ataque murieron tres civiles, dos de ellos niños, y provocó 74 heridos.
“Los aviones de combate de la fuerza aérea israelí eliminaron al comandante militar de mayor rango de la organización terrorista Hezbolá y jefe de su unidad estratégica, Fuad Shukr, en la zona de Beirut”, anunció el cuerpo armado en un comunicado.
Agregó que Shukr fue el responsable del ataque del sábado en Majdal Shams, “en el cual 12 niños fueron asesinados luego de que Hezbolá disparara un cohete iraní Falaq-1 directamente a una cancha de fútbol en el norte de Israel la noche del sábado”, declaró el portavoz militar israelí, Daniel Hagari, en un video.
“Fuad Shukr era la mano derecha de Hassan Nasrallah, líder de Hezbolá, y su consejero en el planeamiento y dirección de ataques y operaciones”, agregó Hagari.
Sostuvo que Shukr era un “terrorista de alto rango con la sangre de israelíes y muchos otros en sus manos”.
El primer ministro libanés, Najib Mikati, denunció una “flagrante agresión ” un “acto criminal” y urgió a la comunidad internacional a “hacer presión para obligar a Israel a detener su agresión y sus amenazas”.
Irán, que respalda a Hezbolá, fustigó una “acción despiadada y criminal de la banda criminal sionista”.
Israel y Estados Unidos acusaron a Hezbolá del bombardeo del sábado en la ciudad de Majdal Shams, en la meseta siria de los Altos del Golán anexionada por Israel.
El grupo libanés, aliado del movimiento islamista palestino Hamás, desmintió estar detrás de ese ataque.
– Venganza “prohibida” –
Hagari afirmó que el ejército israelí desea evitar un conflicto mayor con Hezbolá pero que está preparado para “cualquier escenario”.
“Las continuas agresiones y los brutales ataques de Hezbolá están arrastrando al pueblo libanés y a todo Oriente Medio a una escalada mayor”, declaró Hagari.
“Aunque preferimos resolver las hostilidades sin una guerra más amplia, las FDI están plenamente preparadas para cualquier escenario”, añadió, refiriéndose a las Fuerzas de Defensa de Israel.
Los dirigentes drusos de la ciudad de Majdal Shams señalaron sin embargo que rechazaban cualquier respuesta, por la doctrina que rige su comunidad, cuya religión viene del islam.
“La tragedia es inmensa”, subrayaron. Pero, puesto que la doctrina drusa “prohíbe el asesinato y la venganza, en cualquier forma, rechazamos que se vierta una gota de sangre so pretexto de vengar a nuestros hijos”, agregaron.
Desde que empezó la guerra en Gaza, desencadenada por el ataque de Hamás en el sur de Israel el 7 de octubre, los enfrentamientos entre el ejército israelí y Hezbolá en la frontera entre Israel y Líbano son casi diarios.
Un civil israelí murió el martes por la caída de un cohete en el norte del país, informaron los servicios de rescate, y el ejército afirmó que respondió a una andanada de cohetes lanzados desde Líbano.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) se declaró el martes muy “preocupado por la creciente amenaza de un conflicto generalizado en toda la región” y “pidió vehementemente a todas las partes y a la comunidad internacional que trabajen urgentemente para rebajar tensiones”.
Varias compañías aéreas, incluyendo Air France y la alemana Lufthansa, suspendieron desde el lunes sus vuelos a Beirut.
– Retirada de Jan Yunis –
En la Franja de Gaza, el ejército israelí continuó con su campaña de bombardeos contra Hamás, al que tanto Israel como Estados Unidos y la Unión Europea consideran una organización terrorista.
Las localidades de Jan Yunis y de Rafah, en el sur de la Franja, así como el campo de desplazados de Al Bureij, en el centro, y Ciudad de Gaza, en el norte, fueron blancos de bombardeos aéreos y disparos de artillería.
Desde el 22 de julio, las fuerzas israelíes están llevando a cabo una operación en la zona de Jan Yunis, que hasta ahora dejó unos 300 muertos, según la defensa civil de Gaza.
El ejército israelí dijo el martes que terminó esa operación, que le permitió eliminar a “más de 150 terroristas”.
La guerra estalló el 7 de octubre, cuando comandos islamistas mataron a 1.197 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a 251 en el sur de Israel, según un recuento basado en datos oficiales israelíes.
El ejército israelí estima que 111 personas permanecen cautivas en Gaza, 39 de las cuales habrían muerto.
En respuesta, Israel lanzó una ofensiva que ya mató a 39.400 personas en Gaza, también civiles en su mayoría, según el Ministerio de Salud del territorio, gobernado por Hamás desde 2007.