Varias organizaciones medioambientales recurrieron este jueves a la justicia para revertir la decisión de la gobernadora del estado de Nueva York de dar marcha atrás a la instauración de un peaje para el tráfico que entran en Manhattan.
La ciudad había previsto imponer un peaje de 15 dólares a los vehículos que entraban en la parte de Manhattan más transitada a partir del 30 de junio para reducir el tránsito, mejorar la calidad del aire y obtener recursos para mejorar el vetusto metro de la metrópoli.
Pero ante las protestas de estados vecinos como Nueva Jersey, y las críticas de que afectaría desproporcionadamente a los comercios y a los conductores de menos recursos, la gobernadora Kathy Hochul decidió el pasado 5 de junio suspenderlo indefinidamente.
Los demandantes alegan que la gobernadora no tiene “ningún papel a la hora de decidir” sobre la entrada en vigor del Programa de Tarificación de la Congestión, como se denomina oficialmente al peaje, ni tampoco la ley contempla una “pausa indefinida” a la discreción de la gobernadora.
Asimismo alegan que la decisión de la gobernadora viola los derechos de los neoyorquinos a “un aire y agua limpios y un entorno saludable”.
La compañía que gestiona el metro de Nueva York, MTA, preveía recaudar con el peaje unos 1.000 millones de dólares anuales que hubieran servido para renovar las estaciones de metro, mejorar la señalización y financiar nuevos proyectos de expansión.
En su texto, los demandantes recuerdan que el parlamento del estado fue el que creó una ley para la introducción del peaje, que fue firmada por su antecesor en el cargo Andrew Cuomo, en 2019, tras décadas de debate público.
Este era el último esfuerzo de las autoridades de la ciudad que desde 1970 barajaban la imposición de peajes a los vehículos que entran en Manhattan para reducir el tráfico, pero también mejorar el aire que respiran sus ciudadanos.