Reforzado por una convención de investidura que le dio el apoyo completo del Partido Republicano, Donald Trump retoma este sábado su campaña para las elecciones de noviembre confiado, un contraste absoluto con su rival demócrata, el presidente Joe Biden, quien aparece debilitado como nunca.
Biden, en tanto, continuará su convalecencia del covid-19 en su residencia privada de Delaware, en el este del país. A los 81 años, el veterano gobernante es blanco de múltiples llamados dentro del Partido Demócrata para que abandone su candidatura en medio de dudas sobre sus capacidades cognitivas y su salud física.
Según el diario The Washington Post, perdió incluso el apoyo del carismático Barack Obama, quien también cree que debería “considerar seriamente la viabilidad de su candidatura”, según allegados al expresidente(2009-2017). Una salida de Biden de la carrera podría, de todos modos, desestabilizar a los republicanos, que se verían obligados a revisar su estrategia electoral, ampliamente detallada durante los cuatro días de la convención realizada esta semana en Milwaukee.
El eje de la campaña “no cambiará fundamentalmente”, sostuvo Jason Miller, un consejero cercano de Trump, en entrevista con la AFP. “Biden, Kamala Harris, u otro demócrata de la izquierda radical, son todos responsables de la destrucción de nuestra economía”, opinó Miller, destacando también lo que los republicanos consideran una “crisis” por la migración ilegal a través de la frontera con México.
Su campaña se ve fortalecida por su flamante compañero de fórmula, J. D. Vance, un trumpista puro y duro de 39 años que podría atraer votos importantes en estados clave del país. Las elecciones presidenciales en Estados Unidos se realizarán el 5 de noviembre, pero la campaña previa se viene viviendo con intensidad desde mucho antes.