A lo largo de la historia de Estados Unidos, ha habido varios atentados y complots contra presidentes y candidatos presidenciales.
Uno de los incidentes más notorios fue el asesinato de Abraham Lincoln en 1865. Lincoln fue disparado por John Wilkes Booth en el Teatro Ford en Washington, D.C., y murió al día siguiente debido a sus heridas.
Otro presidente que sufrió un atentado fue James A. Garfield en 1881. Garfield fue disparado por Charles J. Guiteau en la estación de tren de Baltimore y Potomac en Washington, D.C., y murió de complicaciones 79 días después del ataque. Similarmente, William McKinley fue asesinado en 1901 por el anarquista Leon Czolgosz en el Templo de la Música en Buffalo, Nueva York.
En 1963, John F. Kennedy fue asesinado en Dallas, Texas, por Lee Harvey Oswald mientras viajaba en una caravana presidencial, un evento que tuvo un profundo impacto en el país y el mundo. Años más tarde, en 1981, Ronald Reagan sobrevivió a un intento de asesinato por John Hinckley Jr. afuera del Hotel Hilton en Washington, D.C., una experiencia que llevó a cambios significativos en las medidas de seguridad para los presidentes.
Más recientemente, en 2024, Donald Trump fue objeto de un ataque durante un mitin en Butler, Pensilvania. En este incidente, Trump resultó herido ligeramente y un asistente al mitin fue asesinado.