El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el candidato republicano, Donald Trump, vuelven a encontrarse frente a frente en un debate televisado este jueves 27 en la ciudad de Atlanta, casi cuatro años después de su último careo, ahora con los roles de mandatario y candidato revertidos, pero ambos como respectivos exponentes de la polarización política en un país que todavía no ha dado carpetazo a la tumultuosa resolución de los comicios de 2020.
De buenas a primeras el debate del jueves ocurre bajo dos notables circunstancias: es el más tempranero del que se tiene constancia en una campaña electoral en Estados Unidos (el primero de las elecciones de 2020 ocurrió en septiembre) y en su organización no participará la bipartidista Comisión Nacional para los Debates Presidenciales, sino que quedará bajo competencia exclusiva de la cadena CNN.
Ambas campañas han coincidido en ambos términos por distintos motivos. La de Biden no guarda buen recuerdo de la comisión, a la que ha acusado de ineficacia a la hora de imponer las medidas de restricciones contra el coronavirus al séquito de Trump durante uno de los debates de la campaña pasada. Ni Biden ni Trump guardan un buen recuerdo de la organización durante esos careos, especialmente el primero, donde los candidatos dedicaron la mayor parte del tiempo a pisarse. Y, en cuanto a la fecha, ambos prefieren verse las caras antes de que comience la votación anticipada en septiembre, para ir marcando territorio.