Lima, 26 jun (EFE).- El expresidente peruano Alberto Fujimori (1990-2000), de 85 años, permanece estable, aunque con muchos dolores, tras ser ingresado en una unidad de cuidados intensivos al sufrir una caída en su habitación durante la madrugada de este miércoles, informó su hija y heredera política Keiko Fujimori.
“Está estable en estos momentos”, dijo Keiko Fujimori a medios a las puertas de la clínica donde está siendo atendido, antes de agregar que, “al comienzo, ha estado algo desorientado” y tiene “mucho dolor”, por lo que, “cada cierto tiempo, lo están sedando”.
Durante su declaración, confirmó que el expresidente se cayó durante la madrugada y que “le han hecho una serie de exámenes”, que han mostrado que “tiene una fractura en la cadera”, específicamente “del fémur proximal izquierdo que compromete el cuello de dicho hueso”.
Fujimori toma anticoagulantes, debido a su problema de corazón, por lo que “hay que esperar unos días a que pasen su efecto y luego pueda proceder a tener una cirugía”, según detalló su hija.
Después de tres o cuatro sin tomar ese medicamento, los médicos lo operarán para ponerle una prótesis.
Actualmente y debido a un tumor que le fue detectado en la lengua, el expresidente está recibiendo inmunoterapia y radioterapia, lo que, siempre según la explicación de su hija, lo ha debilitado.
Fujimori abandonó en diciembre pasado la prisión en la que cumplía 25 años de cárcel por delitos de lesa humanidad luego de que el Tribunal Constitucional (TC) restableció el indulto que le otorgó en diciembre de 2017 el entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018) por su estado de salud.
El exmandatario peruano está actualmente en tratamiento por un cáncer a la lengua, que ha sido recurrente en su historia clínica, pero eso no le ha impedido inscribirse en el partido fundado por su hija, Fuerza Popular, con la expectativa de una posible candidatura en las elecciones generales del 2026.
Además, el accidente sufrido por Fujimori se produce dos días después de que la Corte Suprema de Chile amplió nuevamente los delitos por los que fue extraditado a Perú en 2007, por cinco casos ligados a graves violaciones a los derechos humanos, entre ellos esterilizaciones forzadas, cometidos durante su gobierno.