Habitantes indígenas de la isla de Gardi Sugdub, en el Caribe de Panamá, enfrentan la encrucijada de mudarse a tierra firme y abandonar las viviendas que ocuparon toda su vida, derivado de los efectos de la crisis climática, que progresivamente hacen que se eleve el nivel del mar, y que se suma al hacinamiento, que inicialmente detonó la idea de traslado.
Unas 300 familias fueron trasladadas el mes pasado, con el apoyo del Gobierno de Panamá, a la urbanización Nuevo Cartí o Isberyala, en la comarca Gunayala, un archipiélago con unas 365 islas, la mayoría deshabitadas, según el Congreso, que es la máxima autoridad comarcal.
A menos de cinco minutos en lancha está la isla de Gardi Sugdub, la más cercana a tierra firme. Allí, uno de sus habitantes, Claudiano López, explica que cuando sube la marea afecta las casas, principalmente a las que están a la orilla de la isla, como la suya.
“Amigos que al principio no pensaban en ese cambio climático. No creían, pero hoy en día ya están cansados de secar, sacar piedras y eso y cuando la marea sube, reclame lo suyo”, dice.
El joven de la etnia guna dice que, por costumbre, se resiste a abandonar por completo la isla, donde ha estado toda su vida, pero reconoce el problema de la marea.
Explicó que los afectados construyen rellenos elevados, hechos con piedras y pedazos de madera, para evitar que el agua entre a las casas cuando sube la marea.
El secretario de la isla de Gardi Sugdub y de la comunidad de Isberyala, en tierra firme, Agusto Walter, dice que se mudaron 300 familias, pero 32 se quedaron en la isla porque no había más casas disponibles o porque no se querían ir.
“Yo relleno, y entonces cuando sube la marea, no tengo ningún problema, pero si mi vecino no rellena, por fuerza el agua llega hasta mi casa”, cuenta Walter.
“Yo sé que dentro de 10, 20 o 30 años, eso se va a notar, pero ahora no. La gente piensa que eso es relajo, que no va a suceder eso. Pero sí va subiendo, un milímetro. Nos damos cuenta”, agregó.
Agregó que cada cierto tiempo deben ajustar estos rellenos, lo cual es un indicador de cómo va subiendo el nivel del mar.
“Ahora tengo que arreglar de nuevo, voy a subir de nuevo”, dice.
La sobrepoblación
La idea de una mudanza a tierra firme surgió hace varios años por el problema de la sobrepoblación en la isla, según explicó a CNN el Congreso General Guna, la máxima autoridad comunitaria.
Walter explicó que antes del traslado, la isla de Gardi Sugdub tenía 1.300 habitantes, y en algunas viviendas, hasta cuatro generaciones bajo el mismo techo.
No todas las familias se mudaron por miedo al aumento en el nivel del mar, sino agobiados por la falta de espacio, como en la casa de Nicolás Méndez y Delia López.
“Todo el año se aumentaba esa marea, pero no ha pasado nada. Es solamente el traslado que hicimos por la llegada de mucha gente, muchos habitantes que ya no alcanzaba los hogares. No tenían más casas dónde poder hacer, por eso es la mudanza”; asegura Méndez.
“Cuando yo casé, ¿cuántos nietos yo tenía? Tenía muchos nietos”, reafirma López. A la pregunta de si temía por sus nietos, responde: “No. Porque está llenando la casa”.
Como líder comunitario, Walter dice que en la comarca Gunayala temen un terremoto o maremoto.
“Las cosas suceden en espiral. El 7 de septiembre de 1882 pasó un maremoto. Era de 7 punto y algo. Se hundieron algunas islas. Casualmente la isla que está al frente de Gardí, se hundió”, dice.
El Gobierno de Panamá dice que la isla de Gardi Sugdub está en peligro inminente, por lo que, a pesar de las limitaciones presupuestarias, se hace un esfuerzo para atender la crisis climática con el traslado de los pobladores en riesgo.