Se cumplen seis años desde que el príncipe Harry y Meghan Markle contrajesen matrimonio en una preciosa ceremonia en Reino Unido, seis años en los que han cambiado muchas cosas
Así fue la preciosa boda de Harry y Meghan
La multitudinaria boda fue el evento más seguido del momento en todo el mundo. La pareja se intercambió los votos frente a 600 invitados y millones de televidentes, aunque Harry confesó que, pese a que “el mundo nos estaba mirando, en lo que a mí respecta, éramos solo nosotros dos”, afirmaba en el documental de Netflix ‘Harry & Meghan’. Otro de los puntos más comentados de ese día fue el asiento vacío que se pudo ver en la primera fila de los bancos de esta capilla. Se llegó a comentar que esto era un homenaje a la princesa Diana, la fallecida madre del príncipe, pero nada más lejos de la realidad. Se trata de una manera de facilitar la visión a la reina Isabel II, que estaba sentada justo detrás de este hueco.
Otro gesto muy comentado fue que Meghan, que además rompió alguna que otra regla, decidiese no caminar al altar acompañada de su padre, con el que guarda una polémica relación, prefiriendo llegar hasta allí junto a su suegro, el rey Carlos III, que en ese momento todavía era príncipe. Por otro lado, aunque el príncipe Guillermo hizo de padrino de su hermano, Meghan no tuvo ninguna dama de honor a su lado, aunque esto no es un detalle que suela formar parte de las bodas en Reino Unido.
Respecto al vestido de la novia, Meghan eligió lucir un diseño de la británica Clare Waight Keller, que por aquel entonces era la encargada de llevar la firma Givenchy. La joven se decantó por una pieza sencilla y minimalista, pero muy elegante y sofisticada. Además, la reina Isabel II prestó a Markle la tiara de su abuela, una pieza familiar muy especial que la joven llevó de camino al altar. Además, el velo que lució Meghan estaba lleno de flores bordadas, representando cada uno de los 53 países de la Commonwealth, un precioso detalle que no pasó desapercibido.