Casi cincuenta empleados de los Museos Vaticanos emprendieron acciones legales para impugnar sus condiciones de trabajo y la falta de seguridad para el personal y los visitantes, indicó el domingo su abogada.
Cuarenta y nueve trabajadores, 47 de ellos guardias, enviaron una notificación formal al cardenal Fernando Vérgez Alzaga, presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, que ejerce el poder ejecutivo de la Santa Sede bajo la autoridad del papa.
“Las condiciones de trabajo atentan contra la dignidad y la salud de todos los empleados. La mala gestión es evidente, y sería aún más grave si se debiera al único propósito de generar más beneficios”, escribieron, según la información revelada por el diario Il Corriere della Sera y confirmada a la AFP por su abogada, Laura Sgro.
Los demandantes afirman ser víctimas de normas demasiado restrictivas o de infracciones de la legislación laboral y de seguridad social.
Señalan, por ejemplo, que cuando están de baja por enfermedad no se les permite salir de casa por ningún motivo ya que los inspectores de asuntos sociales pueden visitarles en cualquier momento. Algunos afirman haber sido sancionados mientras estaban en el médico.
Entre otras cosas denuncian que “en el Vaticano no hay seguro de desempleo, ni medidas de apoyo financiero en caso de crisis o pérdida total de actividad”. También reprochan que se acepten más visitantes de los establecidos por las normas de seguridad.
Los Museos Vaticanos, donde se encuentra la Capilla Sixtina, emplean a unas 700 personas y reciben a millones de visitantes cada año y son una valiosa fuente de ingresos para la Santa Sede.