Israel bombardeó el miércoles la Franja de Gaza y volvió a lanzar operaciones terrestres “selectivas” en Rafah, en el sur, en plenas negociaciones con Hamás para alcanzar una tregua en el territorio palestino devastado por siete meses de guerra.
Las negociaciones indirectas se reanudaron el martes en El Cairo, con la presencia de representantes israelíes y del movimiento islamista, así como de los países mediadores (Catar, Egipto y Estados Unidos).
El medio egipcio Al Qahera News, cercano a los servicios de inteligencia, indicó que hubo “puntos de desacuerdo” durante las conversaciones, pero también cierta “convergencia” entre ambos bandos.
Horas antes de su reinicio, y pese a las advertencias internacionales, tanques israelíes tomaron el control del lado palestino del paso fronterizo entre Egipto y Rafah, principal punto de entrada de la ayuda humanitaria al territorio donde viven 2,4 millones de palestinos carentes de alimentos, medicamentos y carburantes.
Un oficial del ejército israelí indicó que otro cruce, el de Kerem Shalom, también en el sur, fue atacado por cohetes lanzados desde Rafah horas después de su reapertura y que un soldado resultó herido.
El paso de Kerem Shalom había permanecido cerrado tres días tras un ataque con cohetes, que mató a cuatro soldados.
La UNRWA, la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos, dijo a AFP que el paso permanecía cerrado, después de que el ejército israelí indicara que la ayuda volvería a entrar por el cruce, tras ser inspeccionada.
El ejército indicó que el paso fronterizo Erez, más al norte, estaba igualmente abierto para la entrada de ayuda.
- Bombardeos en toda la Franja –
Estados Unidos consideró “inaceptable” el cierre de los cruces y la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que estos impedían a la ONU llevar combustible al territorio.
“A los hospitales del sur de Gaza les quedan solo tres días de combustible, lo que significa que pronto dejarán de funcionar”, alertó el jefe de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Washington detuvo la semana pasada los envíos de determinadas bombas a Israel por las “preocupaciones” ante una ofensiva contra Rafah, indicó un alto funcionario estadounidense bajo condición de anonimato.
Estados Unidos, la ONU y la Unión Europea instan a Israel a renunciar a sus planes de invadir Rafah –donde se hacinan 1,4 millones de palestinos, sobre todo desplazados por la guerra, según la ONU–, por temor a un baño de sangre.
En Jerusalén, el director de la CIA, Bill Burns, se reunió con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, para hablar de la “posibilidad de que Israel detenga la operación en Rafah a cambio de la liberación de rehenes” en manos de Hamás, informó un funcionario israelí bajo condición de anonimato.
El ejército israelí señaló que estaba realizando “incursiones selectivas en el lado gazatí del paso fronterizo de Rafah, en la parte oriental” de la ciudad.
También informó haber bombardeado más de 100 objetivos en el territorio palestino.
En Ciudad de Gaza, en el norte de la Franja, las autoridades médicas anunciaron la exhumación de 49 cuerpos en el hospital de Al Shifa, el principal del territorio.
Los cuerpos se recuperaron de “una tercera fosa común”, después de que se hallaran otros 30 el mes pasado, indicó Motassem Salah, jefe del servicio de urgencia del hospital, donde el ejército israelí llevó a cabo una incursión de dos semanas a mediados de marzo.
No hubo reacciones inmediatas por parte de Israel, que acusa a Hamás de operar desde hospitales, algo que el grupo islamista niega.
- Posiciones inflexibles –
El destino de Rafah y el de los rehenes israelíes secuestrados por Hamás están en juego en las negociaciones en la capital egipcia, pero ambos bandos se muestran inflexibles.
Un alto cargo de Hamás dijo el miércoles a AFP que el movimiento islamista “insiste en las reivindicaciones legítimas de su pueblo” y aseguró que se trata de una “ronda decisiva” de negociaciones.
Estas negociaciones representan “la última oportunidad para Netanyahu y para las familias” de los rehenes “de ver regresar a sus hijos”, advirtió el martes un líder islamista.
Hasta ahora, solo una tregua de una semana en noviembre consiguió detener el conflicto que estalló el 7 de octubre cuando comandos islamistas mataron a 1.170 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a unas 250, según un recuento de AFP basado en datos oficiales israelíes.
Israel estima que, tras un canje de rehenes por presos palestinos en noviembre, 128 personas permenecieron cautivas en Gaza, de las que se teme que hayan muerto 36.
Israel lanzó una ofensiva de represalia que ya ha dejado 34.844 muertos en Gaza, en su mayoría civiles, según el Ministerio de Salud del territorio, gobernado desde 2007 por Hamás.
El grupo islamista aceptó la última propuesta presentada por los mediadores, pero la oficina de Netanyahu aseguró que esta “dista mucho” de sus exigencias y decidió continuar “la operación en Rafah para ejercer presión militar sobre Hamás”.
Según Jalil al Hayya, un alto cargo del movimiento islamista, la propuesta contemplaba tres fases de 42 días cada una.
La propuesta incluía una retirada israelí completa de la Franja de Gaza, el regreso de los desplazados y un canje de rehenes por presos palestinos, con el objetivo de llegar a un “alto el fuego permanente”.
Pero Israel se opone a una retirada completa de Gaza y a una tregua permanente sin antes derrotar a Hamás que, según Netanyahu, tiene en Rafah sus últimos batallones.