El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, resaltó “el fuerte apoyo” de su país a la lucha anticorrupción, durante una llamada telefónica este martes con el presidente electo de Panamá, José Raúl Mulino, informó el Departamento de Estado.
El abogado derechista de 64 años ganó las elecciones presidenciales del domingo en Panamá, un país golpeado por la corrupción, la falta de agua en el canal y la crisis migratoria del Darién.
Durante la conversación telefónica se abordaron los tres temas.
“Blinken subrayó el fuerte apoyo de Estados Unidos a los esfuerzos de Panamá para enfrentar la corrupción y el crimen organizado”, afirmó en un comunicado el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller.
Mulino es el delfín del expresidente Ricardo Martinelli, cuya candidatura electoral fue impugnada.
Martinelli, en el poder entre 2009 y 2014, solicitó asilo en la embajada de Nicaragua en Panamá días después de perder el último recurso para anular una condena de casi 11 años de cárcel por blanqueo de capitales.
Es un tema incómodo para Mulino, quien ha evitado decir lo que hará. Varios analistas y fuentes diplomáticas temen que le expida un salvoconducto para que se vaya a Nicaragua.
El jefe de la diplomacia de Estados Unidos y Mulino también hablaron “sobre la importancia de trabajar juntos para gestionar la migración de forma segura y humana”, afirma Miller, el mismo día en el que Guatemala acogió una cumbre sobre la crisis migratoria en América.
Por la peligrosa selva panameña del Darién, fronteriza con Colombia, pasaron en 2023 más de medio millón de migrantes, la mayoría venezolanos, en su ruta hacia Estados Unidos. Muchos son víctimas de las bandas criminales y las inclemencias de la jungla.
Por otro lado, Blinken expresó “el compromiso” de Estados Unidos en “apoyar los esfuerzos para mejorar la resiliencia” del Canal de Panamá al cambio climático.
La sequía obligó en 2023 a reducir el número de tránsitos de buques en el canal de Panamá, el motor económico del país, lo que amenaza con mermar los aportes al erario público.
El canal funciona con agua dulce que obtiene de lagos artificiales y por cada barco que cruza se vierten 200.000 millones de litros al mar. Pero el fenómeno de El Niño y el cambio climático han reducido la cantidad de lluvias y el cauce necesita una fuente adicional de agua dulce.
Está en estudio la construcción de una represa y un ducto subterráneo de ocho kilómetros, obras que requieren inversiones millonarias.
Por último, Blinken y el presidente electo panameño insistieron en que “la cooperación bilateral es esencial para asegurar el desarrollo económico y la prosperidad futura de la región”, afirmó el portavoz.