La irrupción de la inteligencia artificial (IA) puede ser una herramienta de apoyo o un elemento trasformador para el periodismo, pero las redacciones buscan a tientas respuestas a los nuevos desafíos, que abarcan desde cuestiones laborales a éticas.
- ¿Qué va a pasar con mi empleo? –
Esta pregunta está en boca de todos los participantes del Festival Internacional de Periodismo celebrado esta semana en la ciudad italiana de Perugia.
En las redacciones se generaliza el uso de herramientas de IA para transcribir audios, resumir textos o traducir.
En Alemania, el grupo Axel Springer anunció a principios de 2023 un recorte de plantilla en sus diarios Bild y Die Welt, argumentando que la IA podría “reemplazar” a periodistas, en particular los que se encargan de la maquetación y las correcciones.
Desde hace un año y medio, la IA generativa, que permite crear textos e imágenes de una forma sencilla, abrió la vía a nuevos usos, planteando un nuevo tipo de temores.
Las voces y los rostros, por ejemplo, pueden ser clonados para producir un pódcast o un telediario.
El año pasado, el portal filipino Rappler lanzó una marca para jóvenes creando historietas, gráficos y videos a partir de largos artículos.
Los representantes de los medios concuerdan en que el oficio de periodista se concentrará en tareas con mayor valor añadido.
“Las herramientas que producimos son asistentes” en la realización del trabajo, recalcó durante el festival Shailesh Prakash, director de Google News.
- Una cuestión de costos –
El costo de la IA generativa se desplomó desde la irrupción de ChatGPT en noviembre de 2022 y esta herramienta creada por la empresa estadounidense OpenAI ahora es accesible para cualquier redacción.
Inspirado en esta idea, el medio colombiano especializado en periodismo de investigación Cuestión Pública creó su propia herramienta, que le permite la búsqueda automática de elementos de contexto para noticias de última hora.
Este aporte “puede ser editado inmediatamente con nuestra aplicación”, destacó Claudia Báez, directora general de Cuestión Pública.
- Información y desinformación –
Según una estimación de EveryPixel Journal a mediados de 2023, la IA generó la misma cantidad de imágenes en un año que la fotografía en 150 años de historia. Frente a este tsunami de contenidos generados por máquinas ¿cómo distinguir la información?
Frente a los “deepfakes”, videos engañosos, los medios y el mundo de la tecnología se han unido, por ejemplo con el lanzamiento de la Coalición para la Procedencia y Autenticidad del Contenido (C2PA), que busca mejorar la identificación y el origen de informaciones digitales.
“El núcleo de nuestro trabajo sigue siendo recolectar informaciones, el reportaje de terreno. Vamos a seguir dependiendo durante mucho tiempo de reporteros humanos”, quizás con el apoyo de inteligencia artificial, afirmó Sophie Huet, recientemente nombrada subdirectora de información a cargo de la IA en la AFP.
- De la ley de la selva a la regulación –
La oenegé Reporteros Sin Fronteras (RSF) extendió el ámbito de su misión a la defensa de la información viable y presentó en 2023 la Carta de París sobre la Inteligencia Artificial y el Periodismo.
La regulación está en ciernes frente a una tecnología en evolución constante. El Parlamento Europeo adoptó en marzo un texto pionero para regular el uso de la inteligencia artificial en el espacio de la UE, sin frenar la innovación.
En las redacciones, cada vez son más frecuentes las guías de buenas prácticas.
“Cambiamos nuestras directrices cada tres meses”, destacó Ritu Kapur, directora de Quintillion Media, en India.
- El dilema de los derechos de autor –
Los sistemas de IA necesitan un suministro de datos. En diciembre, el diario The New York Times demandó a OpenAI y a Microsoft, principal inversor de esta compañía, por violación de los derechos de autor.
Otros alcanzaron acuerdos con OpenAI, como el consorcio alemán Axel Springer, la agencia AP, el diario francés Le Monde y el grupo Prisa Media (El País, As) en España.
Frente a la crisis, la colaboración puede resultar tentadora, destacó Emily Bell, profesora de la Escuela de Periodismo de la universidad neoyorquina de Columbia. Para la académica, hay una especie de presión externa para “no perder el tre