Las empresas europeas en China están “bajo presión” debido al entorno cada vez más politizado por las tensiones geopolíticas entre Pekín y Occidente, según un informe de la Cámara de Comercio de la Unión Europea publicado el miércoles.
Las relaciones entre China y el bloque comunitario se tensaron después de la apertura el año pasado de una investigación europea sobre las subvenciones de Pekín hacia los vehículos eléctricos.
Además, existe incertidumbre entre los empresarios después de varios registros e interrogatorios contra empresas de consultoría estadounidenses en China.
Las firmas europeas deben “destinar más recursos para prevenir los riegos” en un mercado chino “menos previsible”, lamenta la Cámara de Comercio de la Unión Europea en su informe.
Más de la mitad de los empresarios sondeados (55%) constatan un entorno de negocios “más politizado que el año anterior”, señala esta entidad que representa más de 1.700 firmas en China.
Este “sentimiento general de inseguridad” ha llevado a que un 76% de las empresas afiliadas haya revisado su exposición en China y diversificado sus cadenas de suministro en los últimos dos años.
Sin embargo, solo un 12% de ellas han creado una alternativa completa fuera de China y solo un 1% optó por abandonar del todo este mercado, afirma la Cámara.
En los últimos meses, el concepto de “reducción de riesgos” se ha colocado en el centro de la política de la Unión Europea para garantizar la seguridad de su aprovisionamiento.
Esta idea contrasta con la teoría del “desacoplamiento” promovida en Estados Unidos para aislar a China y cortar los vínculos comerciales con ella, insiste el estudio.
La Unión Europea considera a China como “un socio”, pero también “un competidor y un rival sistémico”.
El canciller chino, Wang Yi, dijo este mes que “este triple posicionamiento ni se ajusta a la realidad ni es viable en la práctica”.
“Es como si un vehículo está en una intersección y el semáforo tiene encendidas las luces roja, amarilla y verde”, replicó.