El primer ministro haitiano, Ariel Henry, varado en Puerto Rico mientras su país se hunde en el caos, puede permanecer en suelo estadounidense después de renunciar en un intento por aliviar la crisis, dijo un funcionario estadounidense el lunes por la noche.
El funcionario también dijo que Henry confirmó su renuncia en una conversación telefónica el lunes con el secretario de Estado Antony Blinken, quien se encontraba en Jamaica para una reunión caribeña de emergencia sobre Haití.
“Desde nuestro punto de vista, él es libre de quedarse donde está y es libre de viajar”, dijo el funcionario, que acompañó a Blinken de regreso de la reunión en Jamaica.
Las conversaciones en Jamaica entre líderes caribeños y regionales y con participación remota de figuras haitianas se centraron extensamente en la “importancia de que no haya represalias contra el Primer Ministro Henry o sus aliados”, dijo el funcionario bajo condición de anonimato.
“Creo que la situación tendrá que mejorar para que él se sienta cómodo regresando a Haití”, dijo el funcionario.
Henry había regresado de Kenia, donde llegó a un acuerdo para que la nación de África Oriental enviara fuerzas de seguridad a Haití para liderar una fuerza destinada a restablecer el orden en Haití.
Mientras estuvo ausente, Haití se hundió aún más en la anarquía, con bandas armadas arrasando, el aeropuerto cerrado y hospitales y otras infraestructuras importantes saqueadas. Mientras los líderes de las pandillas exigían su expulsión y la vecina República Dominicana no le daba la bienvenida, Estados Unidos le permitió aterrizar en Puerto Rico, un territorio estadounidense.
El funcionario dijo que Henry había decidido en principio renunciar el viernes, pero que esperó el anuncio mientras las conversaciones de Jamaica elaboraban los detalles de un consejo de transición que asumiría el poder.
Blinken confirmó su renuncia en una llamada telefónica desde la cumbre del lunes iniciada por Mia Mottley, la primera ministra de Barbados, dijo el funcionario.
