Dos mujeres de ascendencia dominicana, Claudia de la Cruz, candidata, y Karina García, compañera de boleta, desafían las normas establecidas en la política estadounidense al postularse para la presidencia bajo la bandera del Partido Socialismo y Liberación (PSL).
Su eslogan de campaña, “Únete a nosotros en la construcción de un movimiento socialista. Acabaremos con el gobierno de los multimillonarios de una vez por todas”, expresa su compromiso con una agenda progresista y radicalmente diferente.
El programa de gobierno sugerido por de la Cruz, criada en El Bronx por padres dominicanos, es ambicioso y radical, propone la apropiación de las 100 principales corporaciones estadounidenses, la eliminación de agencias federales como el FBI, la CIA y la Reserva Federal, así como tomar el control sobre los militares y abolir el Senado y la Corte Suprema. Aunque las propuestas pueden parecer extremas, Claudia afirma estar convencida de que es el momento adecuado para introducir un cambio radical en la política estadounidense.
El lema de campaña, “acabemos con el capitalismo antes de que acabe con nosotros”, da la bienvenida a la página web del Partido Socialismo y Liberación (PSL). Aunque la organización política no establece un plan detallado sobre cómo implementarán estas políticas, ambas se mantienen decididas a llamar la atención sobre sus agendas y exponer ideas políticas alternativas a las presentadas por los principales partidos.
Claudia de la Cruz Candidata presidencial del Partido por el Socialismo y la Liberación dijo que “nada de lo que hemos ganado como personas de clase trabajadora en la sociedad ha sido algo que nos ha sido otorgado por la benevolencia de la clase dominante: ni el derecho al voto, ni el acceso a los derechos humanos más básicos”.
El ascenso de figuras políticas de izquierda como Bernie Sanders y el grupo conocido como «el Escuadrón» generó un ambiente propicio para candidatos con visiones progresistas y radicales como Claudia de la Cruz y Karina García. Sin embargo, enfrentan desafíos como la falta de recursos financieros para llevar a cabo una campaña a gran escala.
A pesar de estos obstáculos, las aspirantes están comprometidas con su visión de un Estados Unidos socialista y decididas a luchar por ella. Su candidatura puede ser considerada improbable, pero para ellas, representa una oportunidad de desafiar el status que promueve un cambio real en la política estadounidense.
