La subdirectora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Gita Gopinath, comenzó a evaluar este miércoles en Argentina la marcha del programa crediticio con el país, informaron fuentes oficiales, en medio de una fuerte tensión social.
Gopinath se reunió durante cuatro horas con el ministro de Economía, Luis Caputo, con el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, y con el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, en el inicio de una visita de menos de dos días.
“He tenido una charla productiva con Caputo, Bausili y Posse sobre los esfuerzos en marcha para restaurar la estabilidad macroeconómica, proteger a los vulnerables y fortalecer las perspectivas de crecimiento en Argentina”, publicó la funcionaria del Fondo en X.
Los tres jerarcas detallaron a Gopinath los resultados de gestión de enero, cuando el país alcanzó un superávit comercial de 797 millones de dólares y el gobierno un superávit fiscal de 588 millones de dólares, informó la agencia estatal Télam.
La subdirectora del FMI se reunirá también con académicos y representantes de organizaciones sociales y sindicatos, cuando crecen las protestas por las primeras medidas del gobierno ultraderechista.
Antes de partir el jueves hacia la reunión del G20 en Río de Janeiro, la funcionaria será recibida por el presidente Javier Milei, que adelanta recortes del gasto público y social y desregulaciones de la economía que el FMI consideró “audaces” y “desafiantes”.
En 2018, bajo la presidencia del derechista Mauricio Macri, Argentina tomó del Fondo un préstamo por 57.000 millones de dólares, de los cuales recibió algo más de 44.000 millones. El acuerdo fue renegociado en 2022 por el peronista Alberto Fernández (centroizquierda) y, tras el incumplimiento de metas en 2023, fue reflotado por el actual gobierno.
Milei emprendió un fuerte ajuste fiscal, mayor al que había recomendado el propio FMI, con el que se comprometió a terminar 2024 con un superávit de las finanzas públicas de 3% del PIB.
En enero, la reducción de gastos en obras públicas y pagos a jubilados y empleados estatales, de aportes a las provincias y de subsidios a tarifas de energía, le permitió al gobierno alcanzar el primer superávit mensual del país en 12 años, mientras aumentó las debilitadas reservas internacionales de 21.000 millones a 27.000 millones de dólares.
Al aprobar el último desembolso para Argentina, el FMI elogió el “ambicioso plan de estabilización” de Milei para revertir una inflación anual de 254,2%, una pobreza que alcanza a la mitad de la población y una contracción del PIB de 2,8% prevista para 2024 por el propio organismo.
Sin embargo, el Fondo advirtió al gobierno que el plan del mandatario precisa “una comunicación clara y fortalecer la asistencia social”.
Gopinath llegó al país en una jornada con el servicio de trenes paralizado por una protesta y la CGT, principal central sindical argentina, debatiendo si organiza una segunda huelga nacional después de la de 12 horas que convocó el 24 de enero.