El secretario general de la ONU Antonio Guterres manifestó este lunes, a través de su portavoz, su preocupación por los últimos acontecimientos en la frontera entre Guyana y Venezuela, que pueden degenerar en una eventual “agravación” de la situación.
Las autoridades de Guayana denunciaron el pasado viernes un aumento de las tropas militares venezolanas en la frontera con el territorio Esequibo, rico en petróleo y cuya soberanía reclama Caracas.
“El secretario general está realmente preocupado por los acontecimientos recientes en la frontera (…) que podrían agravar las tensiones bilaterales entre ambos países”, dijo el portavoz de Guterres, Stéphane Dujarric a la prensa.
Guterres reiteró su llamado a que “tanto Guyana como Venezuela resuelvan sus diferencias por medios pacíficos de conformidad con el derecho internacional y, francamente, que se abstengan de cualquier acción que pueda agravar o extender su disputa”, transmitió Dujarric.
En medio del creciente temor regional por un eventual conflicto, ambos países se comprometieron el año pasado a no hacer uso de la fuerza, pese a que la retórica beligerante no cesa.
Según un informe reciente del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), con sede en Washington, Venezuela ha reforzado su base militar en la isla de Anacoco, ubicada en la línea con el Esequibo.
Las tensiones entre ambos países, que habían disminuido, volvieron a encenderse luego que la petrolera ExxonMobil anunciara el pasado martes la perforación de dos pozos en aguas en disputa.
Guyana preside este mes el Consejo de Seguridad, pero pese a la anunciada presencia de su presidente Irfaan Alí el martes para participar en un debate sobre el impacto del cambio climático y la seguridad alimentaria en el mantenimiento internacional de la paz y la seguridad, no hay ninguna reunión prevista en el máximo órgano de la ONU para abordar este contencioso territorial con Venezuela.
Venezuela sostiene que el Esequibo forma parte de su territorio desde que era colonia de España y apela al acuerdo de Ginebra, firmado en 1966, antes de la independencia de Guyana del Reino Unido, que sentaba las bases para una solución negociada y anulaba un laudo de 1899, que fijó las fronteras que Georgetown pide a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que ratifique.