Cuatro de los 33 mineros rescatados con vida en 2010, tras 69 días atrapados bajo tierra en el norte de Chile, rindieron honores este jueves al fallecido expresidente Sebastián Piñera en el funeral de Estado.
“Nuestro rescate fue muy difícil, y hoy día nosotros podemos dar las gracias de que estamos vivos a lo que hizo él (Piñera) por nosotros”, dijo Luis Urzúa, quien fuera jefe de turno de la mina San José, en región de Atacama, cuando el 5 de agosto de 2010 ocurrió el derrumbe minero a 700 metros de profundidad.
Urzúa fue el líder de sus compañeros mientras estuvieron bajo tierra y también el último en subir a la cápsula que inventaron “gracias a todas las gestiones, hasta internacionales, que hizo el presidente”, destacó en la sede del exCongreso de Santiago, donde se rinde homenaje al exmandatario (2010-2014; 2018-2022), fallecido el martes cuando se estrelló el helicóptero que piloteaba.
“Él siempre cumplió con nosotros (…) y lo importante es que este hito del rescate sea respetado como un legado para todo el país”, agregó el minero, que entabló una relación con el entonces presidente Piñera para coordinar aquel rescate de alto riesgo, que dio la vuelta al mundo, al terminar 69 días después con los 33 trabajadores sanos y salvo.
Además de Urzúa, otros tres mineros, Juan Carlos Aguilar, Richard Villarroel y Esteban Rojas, también rindieron guardia de honor en el velorio de Estado, que convocó a cientos de personas que desfilan desde el miércoles en la tarde alrededor del féretro con el cuerpo del expresidente.
Vestido de camisa blanca, con pantalón y corbata negra en señal de duelo, Urzúa dijo que años después siguió en contacto con el mandatario: “Yo también anduve con él en helicóptero, era su pasión, su vida ese tipo de movilización”, recordó.
Luego de saludar a la viuda, Cecilia Morel, y a los cuatro hijos de Piñera, Rojas dijo que venían en camino otros compañeros. “Es lo mínimo que teníamos que hacer, darle el agradecimiento al presidente Piñera (…) nunca nos dejó a un lado”.
Morel, quien se encontraba con su esposo, hijos y nietos en su estancia de vacaciones en el Lago Ranco, 920 km al sur de Santiago, cuando ocurrió el accidente, salió del Congreso a agradecer al presidente Gabriel Boric por el cariño, respeto y gestiones del funeral y “a todas las personas, de todos los lugares de Chile que han venido. Ha sido muy emocionante y muy merecido para Sebastián”, dijo.