El anuncio este lunes del cáncer de Carlos III se suma a un comienzo de año especialmente difícil para la familia real británica, tras la operación de la princesa Catalina, que estará en reposo al menos hasta Semana Santa.
La enfermedad del monarca de 75 años fue anunciada por el Palacio de Buckingham para “evitar especulaciones”.
En un comunicado, la casa real explicó que el rey inició un tratamiento y sus médicos le aconsejaron suspender sus actividades públicas, sin dar más detalles sobre la “forma de cáncer” que padece. No obstante, seguirá “ocupándose de los asuntos de Estado y de las tareas administrativas como de costumbre”.
Carlos III, que sucedió a su madre Isabel II hace 17 meses y fue coronado el 6 de mayo, había anunciado el 17 de enero que iba a someterse a una intervención quirúrgica por una hipertrofia de la próstata.
Tras una operación en la London Clinic, un elegante establecimiento del centro de la capital donde pasó tres noches, regresó a su casa el 29 de enero. El palacio precisó entonces que no reanudaría inmediatamente sus compromisos “para permitir un periodo de recuperación”. El cáncer le fue descubierto durante la intervención.
El rey estuvo hospitalizado en el mismo establecimiento que su nuera, la princesa de Gales Catalina, de 42 años, que pasó allí 13 días en enero para someterse a una operación abdominal, cuyos detalles no se han hecho públicos.
Ella también salió de la clínica el 29 de enero para una larga convalecencia en su casa de Windsor, que durará al menos hasta el 31 de marzo.
Camila en primera línea
La popularísima princesa de Gales no ha sido vista desde Navidad. Su marido, el príncipe Guillermo, de 41 años, heredero de la corona, suspendió sus actividades tras la hospitalización de su esposa el 16 de enero.
La pareja tiene tres hijos: Jorge de 10 años, Carlota de 8 y Luis de 5.
Guillermo acababa de anunciar el lunes que iba a retomar sus actividades cuando se hizo público el diagnóstico de cáncer del rey.
Por si fuera poco, Sara Ferguson, de 64 años, exesposa del príncipe Andrés, hermano de Carlos III, anunció el 21 de enero que padecía un melanoma maligno, un cáncer de piel.
Seis meses antes, en junio de 2023, ya había anunciado que le habían diagnosticado una forma temprana de cáncer de mama.
El melanoma maligno se descubrió durante unas pruebas pedidas por un dermatólogo, cuando la duquesa de York debía someterse a una cirugía reconstructiva tras una mastectomía. Un lunar fue identificado como canceroso.
Sara sigue viviendo en Windsor, en una residencia real que comparte con el príncipe Andrés, al que sigue muy unida a pesar de su divorcio en 1996.
Estos sucesivos problemas de salud han reducido casi a la mitad el círculo de miembros activos de la familia real británica, y han dejado a la reina Camila, de 76 años, en primera línea, a cargo de numerosos compromisos cada semana.
La princesa Ana, hermana de Carlos III de 73 años, también está presente, al igual que el príncipe Eduardo, de 59 años, su hermano menor, y la esposa de este, Sofía.
Pero sus actividades suelen recibir mucha menos cobertura en la prensa.
El círculo de miembros activos de la familia real británica se ha reducido en los últimos años con la marcha a Estados Unidos del príncipe Enrique y su esposa, la exactriz estadounidense Meghan Markle, y la retirada del príncipe Andrés de la vida pública a raíz de un escándalo de abuso sexual a una menor hace años en Estados Unidos.