Viña Del Mar, Chile.– Chile combate por tercer día los incendios forestales más mortíferos de su historia reciente, con varios puntos ardiendo en la región de Valparaíso, donde ya se registran al menos 99 muertos y centenares de personas desaparecidas en zonas superpobladas arrasadas por las llamas.
En la ciudad de Viña del Mar, unos 120 km al noroeste de Santiago y una de las zonas más castigadas, los sobrevivientes se descubren sin techo ni vecinos entre calles repletas de escombros quemados.
“Yo salí de mi casa, cerré la puerta y me fui. Ya no supe más porque me fui al centro de Viña del Mar”, describió a la AFP Lilián Rojas, una jubilada de 67 años, mostrando su vestido rosa para apuntar: “Esto es ahora lo único que tengo”.
La tarde del domingo, el Servicio Médico Legal, la entidad estatal designada por Presidencia para dar los reportes oficiales de fallecidos, informó en un comunicado que el saldo fatal por la emergencia escaló hasta las 99 personas, “32 de ellas identificadas”.
Con el fin de limitar el tráfico en áreas afectadas “y facilitar labores de ayuda a las víctimas y el levantamiento de fallecidos”, se implementó un nuevo toque de queda en cuatro comunas de Valparaíso, desde las 18H00 locales (21H00 GMT) hasta las 10H00 locales del lunes (13H00 GMT), anunció la ministra del Interior, Carolina Tohá.
El saldo anterior dado por el presidente Gabriel Boric era de 64 fallecidos pero la cifra “crecerá significativamente”, advirtió el mandatario chileno desde Quilpué, comuna devastada a unos 90 km de Santiago.
Con varios focos extintos cerca de los cerros más poblados donde el viernes el fuego causó estragos, empiezan a verse colinas residenciales reducidas a cenizas y largas hileras de autos carbonizados en las calles.
Se desconoce si son vehículos estacionados o de personas que intentaban evacuar y quedaron atrapados en el tráfico, tratando de escapar bajo una lluvia de brasas forestales.
“Es la tragedia más grande que hemos tenido desde el terremoto de 2010”, afirmó Boric, en referencia al sismo de magnitud 8,8, seguido de un tsunami, ocurrido el 27 de febrero de ese año y que dejó más de 500 fallecidos.
- Un fuego veloz –
Para describir la agresividad y rapidez con que se propagaron los incendios el viernes en la tarde sobre zonas pobladas, Rojas contó que el fuego los sorprendió en cuestión de minutos.
Veían humo de un foco lejano, se fue “un rato” a su habitación a ver televisión y cuando salió “a mirar afuera ya la gente estaba corriendo”, recordó.
“El tiempo se detuvo, no sé si fue a las 4 o las 5 de la tarde (…) No llegó bomberos, hasta que se consumió todo. No quedó ni una sola casa”, resumió el horror la jubilada, que vive con una pensión de 206.000 pesos, unos 228 dólares mensuales.
- Humedad contra el fuego –
Las condiciones del clima de las últimas horas mejoraron con un fenómeno típico en la costa del Pacífico, que produce mucha nubosidad, alta humedad y disminuye el calor, “que ayuda a enfriar el incendio” aunque “habrá altas temperaturas hasta el martes”, dijo la ministra Tohá.
Al tercer día de la crisis de los incendios, sigue activos más de 30 incendios mientras se ordenan nuevas evacuaciones preventivas para zonas de campo muy similares en geografía y afectadas por la sequía, como Til Til, 60 km al norte de Santiago.
En la región de Valparaíso, conocida por sus playas turísticas y producción vitivinícola, se encuentran desplegadas 17 brigadas de bomberos, 1.300 soldados y voluntarios civiles que ayudan a combatir las llamas, pero también a los damnificados que perdieron todo.
- “Recen por Chile” –
Los incendios chilenos fueron llevados al papa Francisco a referirse a esta catástrofe chilena.
Asomado a la ventana del palacio apostólico, el pontífice pidió rezar “por los muertos y heridos en los devastadores incendios en Chile”, tras el ángelus dominical en la plaza de San Pedro.
El alto representante para Asuntos Exteriores de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, ofreció apoyo a Chile y apuntó que esta catástrofe recordaba “los estragos de la sequía y el clima”, indicó en un mensaje.
En la última década se han multiplicado los episodios de mega incendios forestales en Chile relacionados al clima extremo, a altas temperaturas, una sequía prolongada, construcción de viviendas en sitios no habilitados y en gran porcentaje causas por negligencia humana.
Una ola de calor agobia estos días al Cono Sur americano, donde el fenómeno climático natural de El Niño se agudiza por el calentamiento global provocado por la actividad humana, según especialistas.
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