Madrid, España. El gobierno español prohibirá los aromas en todos los productos del tabaco, incluyendo en los cada vez más populares dispositivos que lo calientan y que estarán sometidos a las mismas reglas que los cigarrillos normales, anunció este martes la ministra de Sanidad.
Esta forma de consumo consiste en calentar electrónicamente el tabaco, pero sin combustión, a diferencia del cigarrillo tradicional.
“Se prohíben los aromatizantes en productos del tabaco (filtros, papeles, cápsulas, etc.)”, escribió en la red social X la ministra de Sanidad, Mónica García, tras el consejo de gabinete semanal.
Asimismo, el gobierno decidió que “el tabaco calentado tendrá la misma regulación que el tabaco convencional”, añadió la titular de Sanidad del Gobierno del socialista Pedro Sánchez.
“De tal forma que se prohíbe la venta del tabaco calentado que contiene aromas y se obliga a que en el etiquetado figuren las advertencias de que es perjudicial para la salud”, precisó una nota de prensa del ministerio.
García recordó en su mensaje que se está trabajando en un “Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo para avanzar en la regulación de vapeadores, espacios libres de humo y otros aspectos para prevenir adicciones y proteger la salud pública”.
El descrédito del cigarrillo tradicional ha fomentado alternativas como los vapeadores y el cigarrillo electrónico, que no llega a quemar un tabaco que se presenta en pequeños cartuchos.
Aunque su número ha caído drásticamente, España cuenta aún con un número importante de fumadores, y una escena habitual en las calles españolas es el de las terrazas de bares con numerosos clientes fumando.
Según datos del último informe anual sobre tabaquismo de la Organización Mundial de Salud, el 26% de la población adulta española consume tabaco a diario, por encima de la media mundial de 22,3%.
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