Un borrador de declaración que propone la “reducción” de los combustibles fósiles como una simple opción para luchar contra el cambio climático provocó un alud de críticas en la COP28, y dejó en el aire el cierre oficial de la cita, previsto este martes.
El texto, elaborado por la presidencia de la COP28 tras días de complicadas negociaciones, se queda corto respecto a la demanda de “eliminar” progresivamente (“phase out” en inglés) esas energías, responsables del calentamiento del planeta.
Los jefes negociadores entraron a primera hora de la noche en una sala del centro de convenciones de Dubái para intentar encontrar una salida, bajo la batuta del presidente de la COP28, Sultan Al Jaber, comprobaron reporteros de AFP.
“Esta es la última COP en la que tendremos una oportunidad de ser capaces de mantener [el objetivo de] 1,5 ºC vivo”, dijo el enviado de Estados Unidos para el clima, John Kerry, a sus interlocutores.
“Creo que muchos de vosotros se oponen a participar en una farsa”, añadió.
El borrador presentado por Al Jaber recibió numerosas críticas por parte de países occidentales, insulares, latinoamericanos y africanos.
Ante esa contestación, se espera que se presente el martes por la mañana un nuevo borrador, fruto de las negociaciones nocturnas en el 13ª día de la cumbre.
“No es un problema para la delegación europea. Tenemos tiempo y estamos preparados para quedarnos un poco más de tiempo”, declaró Annalena Baerbock, la jefa de la diplomacia alemana.
Las decisiones en las conferencias climáticas de la ONU se toman por consenso.
“Mucho por delante”
Las naciones que firmaron el Acuerdo de París de 2015 “reconocen la necesidad de reducciones de emisiones profundas, rápidas y sostenibles” de gases de efecto invernadero y piden en consecuencia “acciones que podrían incluir” toda una batería de medidas, según el borrador.
Entre ellas, esta “reducción del consumo y producción”.
También se propone como opción “eliminar” los subsidios “ineficientes” a los combustibles fósiles, y ello “lo antes posible”.
El texto renueva el llamado en favor de las energías renovables, incluye a la energía nuclear como opción “limpia” y también las polémicas tecnologías de retención y captura de CO2, aún en desarrollo.
“Aún nos queda mucho por delante”, reconoció el presidente de la cita, el emiratí Sultan Al Jaber.
“Apreciamos el esfuerzo de muchos para sacar este texto”, explicó un portavoz del Departamento de Estado. Pero el tema de los combustibles fósiles “debe ser reforzado sustancialmente”, añadió.
Es “claramente insuficiente”, añadió la ministra de Transición Ecológica española, Teresa Ribera.
El texto es “una regresión” criticó la principal alianza de organizaciones ecologistas, la Climate Action Network.
“Nuestras voces no fueron escuchadas” explicaron los pequeños Estados insulares, los más amenazados por la subida de las aguas.
Una carrera contra el tiempo
“Estamos en una carrera contra el tiempo” para encontrar un consenso, había destacado el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, presente en Dubái para alentar a los diplomáticos, tras más de diez días de largas reuniones.
Guterres había abogado por la mención específica de eliminación de las energías fósiles.
Pero “esto no significa que todos los países deban abandonar las energías fósiles al mismo tiempo”, reconoció el jefe de la ONU ante periodistas.
La COP de Dubái no solo es la más grande organizada hasta la fecha, sino también la primera que hace un equilibrio de la acción climática desde el Acuerdo de París, que impuso el objetivo de intentar mantener la temperatura media global en +1,5 ºC respecto a la era preindustrial.
Jaber es el jefe de la compañía nacional petrolera de su país, lo que despertó sospechas hace meses.
Arabia Saudita e Irak, dos grandes potencias petroleras, mostraron públicamente su oposición a la palabra “eliminación” en la última gran reunión plenaria del domingo.
Los climatólogos insisten en que las emisiones de gases de efecto invernadero no están disminuyendo, y por lo tanto, hay que tomar medidas drásticas, lo antes posible.
El objetivo compartido por las casi 200 naciones presentes en Dubái es alcanzar la neutralidad de carbono, es decir que las emisiones y la captura sumen cero, de aquí a 2050.
La COP28 sí ratificó en todo caso a Azerbaiyán como sede de la próxima COP, y de Brasil al año siguiente.
La ministra de Medio Ambiente brasileña, Marina Silva, pidió en su turno de agradecimientos la “reducción de la dependencia de los combustibles fósiles”.