Los restos fosilizados de un gigantesco cráneo de pliosaurio descubiertos en las playas rocosas de la bahía de Kimmeridge, en la costa jurásica de Dorset (Reino Unido), serán presentados en un documental de David Attenborough que se transmitirá el próximo primero de enero, informa la BBC.
Un descubrimiento casual y único
Phil Jacobs, un entusiasta de los fósiles, paseaba por la playa el pasado año cuando descubrió la mandíbula de este ‘superdepredador oceánico’, que vivió hace casi 150 millones de años. Posteriormente, un equipo de paleontólogos se colgó con cuerdas para excavar en los escarpados acantilados y finalmente desenterrar por completo la calavera, de casi dos metros de largo. Su restauración completa exigió varios meses de arduo trabajo.
El fósil se encontraba en un formidable estado de conservación. Steve Etches, paleontólogo local, considera que no hay ningún espécimen en ningún otro lugar que pueda igualarlo. “Es uno de los mejores fósiles en los que he trabajado. Lo que lo hace único es que está completo”, señaló. “La mandíbula inferior y la parte superior del cráneo están entrelazadas, como lo estarían en vida. En todo el mundo, casi no se han encontrado especímenes con ese nivel de detalle. Y si los hay, les faltan muchos fragmentos, mientras que este, aunque está ligeramente distorsionado, tiene todos los huesos presentes”, detalló.
Mordida poderosa
El cráneo deja ver alrededor de 130 dientes largos y afilados, capaces de matar de una sola dentellada. Cada diente tiene finas crestas en la parte posterior, que le permitían al saurio perforar la carne de su presa y sacarlos rápidamente para otra mordida. Los expertos aseguran que los pliosaurios tenían mandíbulas hasta dos veces más poderosas que las de los cocodrilos actuales.
Esas criaturas medían entre 10 y 12 metros de largo y se impulsaban rápidamente con cuatro poderosas extremidades en forma de aletas. “Creo que eran capaces de cazar eficazmente cualquier cosa que tuviera la mala suerte de encontrarse en su espacio”, dijo Andre Rowe, paleobiólogo de la Universidad de Bristol (Reino Unido). “No tengo ninguna duda de que esto era algo así como un T. rex submarino”. Sus presas eran criaturas parecidas a delfines (ictiosaurios) y otros pliosaurios, explicaron los científicos.
Sentidos especiales
El espécimen hallado muestra características que sugieren que tenía sentidos particularmente agudos y muy útiles. Se aprecian pequeñas cavidades en su hocico, donde podrían haberse ubicado sensores para detectar el movimiento de sus posibles presas. La presencia de un tercer ojo sensible a la luz, que es común en algunos reptiles y peces actuales, podría haberlos ayudado a localizar otros animales en aguas profundas y turbias.
Con ayuda de efectos visuales y escaneos digitales, el documental de Attenborough permitirá a los espectadores ser testigos de la labor de estos paleobiólogos y, aún más, tener una visión detallada de la vida de este pliosaurio, en la que se podrá apreciar cómo se veía, se movía y cazaba a su presa.
Etches sospecha que el resto del animal aún podría estar enterrado en el acantilado. “Me juego la vida a que está allí”, subrayó. “Y realmente debería salir a la luz, porque se encuentra en un entorno que se erosiona muy rápidamente. Esta parte del acantilado retrocede unos metros por año. Y no pasará mucho tiempo antes de que el resto del pliosaurio caiga y se pierda. Es una oportunidad única en la vida”, agregó.