La guerra en Gaza deja familias enteras diezmadas y madres devastadas

La guerra en Gaza deja familias enteras diezmadas y madres devastadas

Rafah, Territorios Palestinos. En una cama está su sobrino Abboud, de 12 años. En otra, el sobrino de su marido, Mossaab, de 14 años. Sahar Awwad cuida de los pocos supervivientes de su familia que, tras 47 días de guerra entre Israel y el movimiento islamista Hamás, cuenta con al menos 80 fallecidos.

La familia entera se refugió en una escuela situada en Rafah, en el extremo sur de la Franja de Gaza, un punto de paso con Egipto. El viaje hasta ahí les llevó una semana, a pesar de que sólo 35 kilómetros separan a esta localidad de su antiguo hogar en Ciudad de Gaza, en el norte del territorio palestino.

El viernes, un bombardeo alcanzó su casa en el barrio de Sheikh Radwan. “Más de 80 miembros de la familia murieron”, cuenta Awwad a AFP.

“Los supervivientes se apresuraron en sacar a los muertos y heridos de los escombros cuando Israel golpeó por segunda vez”, añade. “Sólo pudimos enterrar a los cuerpos que fueron propulsados hasta las casas de los vecinos” por la fuerza de la explosión, explica.

Su sobrino Mossaab tiene el rostro lleno de heridas y una de sus piernas fue amputada. Abboud, su otro sobrino, tiene un tubo de plástico que le sale del vientre.

“No sabe que su madre, su abuela y varios de sus hermanos murieron”, cuenta, antes de romper a llorar. Sólo sobrevivió su padre. Cuando la casa fue bombardeada, se encontraban en el hospital. “Es la única razón por la que no resultaron heridos”, prosigue Awwad.

– Familias diezmadas –

“Mi hermano mayor y toda su familia murió. Mi hermana huyó del norte y falleció junto a su marido y sus hijos” pese a haber escapado hacia el sur, continúa.

La familia extendida de Mossaab, por su parte, “desapareció en su totalidad”. Si una parte de la de Awwad sobrevivió, es únicamente porque varios de sus miembros ya se habían marchado hacia el sur.

La familia de Awwad es una de las muchas que ha sido diezmadas tras 47 días de bombardeos israelíes, lanzados en respuesta al sangriento ataque de Hamás en Israel el 7 de octubre.

Los milicianos del grupo islamista, en el poder en Gaza desde 2007, mataron ese día a más de 1.200 personas, en su mayoría civiles, según las autoridades. Hamás afirma que los bombardeos y la ofensiva terrestre de Israel dejó por su parte más de 14.000 muertos en el enclave.

El hijo de Awwad, Mohammed, fue detenido mientras empujaba a su abuela en silla de ruedas. Se dirigían hacia el sur para escapar de los bombardeos. “Lo liberaron ayer, pero está en un estado terrible. Lo torturaron y le quitaron la ropa”, afirma su madre. “No logra hablar y contarnos lo que pasó”.

Algunos miembros de la familia permanecen en Ciudad de Gaza. Rechazan huir hasta encontrar a sus allegados y poder enterrarlos.

– “Dios lo eligió como mártir” –

Fida Zayed tenía apenas 13 años cuando tuvo a su primer hijo, Udai. Hoy, Udai tiene 20 años. Creció junto a sus otros dos hermanos, Qussai, de 19 años y Shahad, de 17 años.

Zayed estuvo con Udai hace unos días en su casa del campo de refugiados de Jabaliya, el mayor de Gaza.

“Lo último que me dijo fue que esperaba la tregua del viernes, y me pidió que le preparara un plato de arroz y pollo”, relata. Poco después “comenzó un bombardeo”.

“Decenas de personas murieron, y yo pasé por encima de al menos 50 cuerpos, heridos y muertos, antes de encontrar a Udai”, cuenta.

“Sólo le reconocí por el cinturón que llevaba”. “Estábamos todos juntos, pero Dios lo eligió como mártir”, prosigue.

Antes de morir, Udai había recibido un raro permiso israelí para viajar a Cisjordania ocupada e integrar la academia militar de la Autoridad Palestina en Jericó. Debía haber empezado el 12 de octubre.

“Gaza es tan oscura como una tumba. Espero que mis hijos y yo muramos aquí para no tener que llorarnos los unos a los otros”, dice la madre.

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© Agence France-Presse