Los argentinos votaron este domingo en segunda vuelta para elegir presidente entre el ministro de Economía, el peronista Sergio Massa, y el libertario y ultraderechista Javier Milei, en unos reñidos comicios que transcurrieron en un clima de extrema crispación.
En medio de una grave crisis económica, la campaña electoral se desarrolló entre los sentimientos de rabia hacia la política tradicional que representa Massa y de miedo ante las propuestas disruptivas de Milei.
Los sondeos prevén un empate técnico de los dos candidatos, con muchos argentinos que hasta el último minuto no habían decidido su voto.
La jornada electoral se desarrolló sin incidentes. Milei, un economista de 53 años que se define como anarco-capitalista, votó hacia el mediodía en Buenos Aires, en medio de un revuelo de sus seguidores que cantaron “la casta tiene miedo”, en alusión a la clase política.
“Esperemos que los números sean tan claros como para que hoy (domingo) a la noche tengamos un presidente electo”, dijo el candidato libertario, al declararse “muy tranquilo”.
Massa votó en la localidad de Tigre, su bastión al norte de Buenos Aires, donde se tomó fotos con simpatizantes bajo un sol intenso.
“Esperemos el resultado con tranquilidad, con esperanza y sobre todo con optimismo de que el futuro de la Argentina nos encuentre mejor y más unidos”, dijo este abogado de 51 años y de larga carrera en la política.
En la elección participó el 76% del padrón de 35,8 millones de votantes.
“Esperando los golpes”
Con una inflación anualizada de 143% y una pobreza que golpea a 40% de la población, Argentina atraviesa su peor coyuntura económica de las últimas dos décadas.
Massa, centrista, consiguió el 37% de los votos en la primera vuelta, celebrada el 22 de octubre, y Milei, el 30%. Tercera, con el 24%, quedó la conservadora Patricia Bullrich, de la coalición de centroderecha Juntos por el Cambio, ya fuera de competencia y quien junto al exmandatario liberal Mauricio Macri (2015-2019) decidió apoyar a Milei.
“Pase lo que pase, no vemos un buen futuro. Estamos esperando los golpes. No ocurre como en otras elecciones que votaba con convicción, ahora voto sin convicción”, dijo a la AFP Mariano Delfino, un elector de 36 años en la periferia de Buenos Aires.
Para reflotar la tercera economía latinoamericana, Massa y Milei ofrecen salidas antagónicas a una sociedad polarizada, donde reina el desencanto.
“Quisiera decir que estoy contenta por haber ido a votar, pero en realidad el sentimiento es de desilusión por tener que votar al menos peor. Deseo fuertemente que la persona que gane esté a la altura de las necesidades de Argentina y no nos defraude”, dijo Guillermina Carbonatto, una estudiante de arquitectura de 19 años.
Mientras Milei propone medidas drásticas como la eliminación del Banco Central y la dolarización para terminar con la emisión monetaria y la inflación, Massa defiende un Estado “fuerte y protector” y un plan gradual para enderezar las cuentas.
“Las medidas de Milei serían todas rápidas y simultáneas. Con Massa sería un proceso paulatino”, explicó a la AFP el economista Víctor Beker, de la Universidad de Belgrano.
“Lo que a Milei le tomaría dos meses, a Massa le tomaría cuatro años: llegar al final del mandato con el tipo de cambio liberado y equilibrio en las cuentas”, añadió.
Argentina tiene desde 2018 un acuerdo crediticio con el Fondo Monetario Internacional por 44.000 millones de dólares, negociado por el entonces presidente Macri, y desde 2019 un sistema de control de cambios.
Massa ha dicho que si gana planteará la revisión de ese préstamo, que ya fue renegociado en 2022 con un compromiso para reducir el déficit fiscal hasta 0,9% del PIB en 2024. Pero para Milei, que se propone recortar 15% el gasto público, las metas del FMI se quedan cortas.
Sin embargo, “recortar el gasto social es complicado, porque impacta sobre la pobreza”, advirtió la economista María Laura Alzua, de la Universidad de La Plata, quien estima que los subsidios a los servicios de electricidad, gas y transporte representan 2% del PIB.
“Voté por el que haga menos daño al país, que está en una situación muy complicada”, dijo tras sufragar Laura Coleman, una enfermera de 25 años.