Por: DUNCAN MIL
Los ataques de Hamas contra Israel han atraído la condena global. Sin embargo, las políticas de Israel y EUA han creado condiciones que podrían llevar a los días más sangrientos del conflicto israelí-palestino.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se enfrenta a una larga y sangrienta guerra con los palestinos después de trabajar en contra de los esfuerzos internacionales de paz que datan de EE. UU. Los históricos Acuerdos de Oslo del presidente Bill Clinton de 1993 entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina.
“El horrible evento que acabamos de experimentar, y la prolongada y masiva contraofensiva israelí que sigue, no se puede entender completamente de forma aislada de lo que considero… un fracaso estratégico de Netanyahu en dos capas”,
dijo Nimrod Novik, ex asesor principal del difunto primer ministro israelí Shimon Peres, a la revista Foreign Policy.
Novik afirma que, en primer lugar, Netanyahu y su actual coalición ultranacionalista, “la más extrema de la historia”, en palabras de Novik, restaron importancia o ignoraron las advertencias de los firmantes árabes bajo los Acuerdos de Abraham sobre cómo abordar los agravios palestinos.
En segundo lugar, durante décadas, Netanyahu persiguió lo que Novik llama la “ilusión” de que, a pesar de sus políticas extremas, que convirtieron a Gaza en lo que Human Rights Watch llama “la prisión al aire libre más grande del mundo”, Hamas se abstendría de atacar a Israel.
Después de que Netanyahu ganara la reelección en 2009, se puso a frustrar todos los esfuerzos de EE. UU. El presidente Obama presionará por la paz mientras continúa construyendo asentamientos ilegales en Cisjordania. Esos asentamientos aseguran que los palestinos obtengan cada vez menos territorio en cualquier acuerdo final.
Ahora, el tercer gobierno de Netanyahu ha fortalecido a Hamas, que ha prometido la destrucción de Israel.