Buenos Aires, Argentina. Dieciocho bancos argentinos fueron allanados el jueves en todo el país por la presunta fuga de 400 millones de dólares mediante maniobras de importación, mientras el gobierno enfrenta una nueva crisis cambiaria, a días de las presidenciales del 22 de octubre.
Unas 157 empresas denunciadas por las autoridades “simularon operaciones de importación, nunca importaron nada y giraron al exterior por 400 millones de dólares”, dijo el director de la Dirección General de Aduanas (DGA), Guillermo Michel, en un allanamiento en el centro de Buenos Aires.
Las operaciones investigadas se realizaron entre 2020 y 2022 mediante “maniobras ilegales que consisten en sacar los dólares del sistema financiero” y transferirlos a Estados Unidos, detalló el funcionario.
Los allanamientos de la Aduana y de la División Lavado de Dinero de la Policía Federal argentina realizados en Buenos Aires, Rosario, Córdoba y Bahía Blanca involucraron, además de los bancos, a estudios contables y sociedades financieras.
Las autoridades argentinas realizan periódicamente allanamientos en “cuevas” o casas de cambio ilegales en el centro de Buenos Aires que comercian el dólar informal, demandado por argentinos y turistas. El jueves, este dólar llamado “blue” cotizaba a 843 pesos, con una brecha de más de 130% respecto de la cotización oficial.
A 12 días de la primera vuelta de las elecciones presidenciales, las cotizaciones de dólares financieros usados por las empresas para obtener divisas continúan subiendo.
En agosto, después de elecciones internas, el gobierno ordenó una devaluación del peso que lo llevó a 365 por dólar. En esos comicios el opositor liberal Javier Milei resultó el candidato más votado, con 29,8% de los sufragios.
El ministro de Economía y candidato presidencial Sergio Massa, ordenó tras la devaluación una serie de compensaciones salariales e impositivas para pequeñas empresas, asalariados, pensionados y beneficiarios de asistencia social, que son criticadas por la oposición que considera que perjudican la situación fiscal del país.
En medio de un prolongado control de cambios y de una marcada escasez de reservas en el Banco Central, que llevan periódicamente al gobierno a establecer tipos de cambio superiores al oficial para sectores productivos como forma de hacerse de dólares por impuestos, economistas relacionan esta nueva caída de la moneda a una excesiva inyección de pesos en el mercado.
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