El joven Brayan González no tuvo que buscar información, solo le llegó un mensaje por Messenger, en su cuenta de Facebook, y decidió probar. Se trataba, según sus propias palabras de una “interesante propuesta” de empleo en Rusia. Como recientemente había terminado el Servicio Militar, podía aceptarla, más cuando por los trabajos que había encontrado en Cuba no recibía ni la décima parte de lo que ganaría como obrero en Moscú.
“Se suponía que era para la construcción y que me pagarían unos 2.000 rublos diarios, equivalente a unos 20 dólares al cambio en Cuba; y que al final del contrato me darían 2.000 euros más, la posibilidad de residir permanentemente en Rusia. No tenía que pagar nada aquí en Cuba, ni el pasaje de avión ni los trámites de pasaporte, eso después me lo iban descontando del salario estando en Moscú”, afirma Brayan, que además dice haber comenzado a dudar de la propuesta cuando las preguntas del contratista ruso comenzaron a girar exclusivamente sobre sus habilidades militares, algo que no era necesario para ser albañil.
“Me sorprendió porque eso fue en julio de 2022, y estaba reciente lo de [la invasión de Rusia a] Ucrania”, continúa Brayan. “Casi no había vuelos a Moscú, y en la unidad militar, antes de darnos la baja, vino un teniente coronel a darnos una charla sobre la guerra, el internacionalismo, la amistad entre Rusia y Cuba y hasta nos habló que si estábamos dispuestos a ir a Rusia (…). Todo el mundo dijo que sí, ya tú sabes, estás en el verde (Servicio Militar), no quieres problemas, a todo hay que decir que sí pero eso me olió raro, y enseguida pensé en eso cuando la persona que me escribió comenzó a preguntarme sobre cosas militares”.
Brayan reside todavía en Cuba porque finalmente no aceptó la propuesta, pero no es el caso de varios de sus amigos de los que actualmente no tiene noticias, a pesar de haber estado en comunicación a diario antes de viajar a Moscú.
Osvaldo Casasus es otro joven egresado del Servicio Militar Activo (SMA) que ha dicho a CubaNet haber recibido una propuesta similar a la de Brayan a solo unos días de haber obtenido el licenciamiento, aunque esta vez el contacto se lo facilitó un amigo que le habló de la verdadera finalidad del “contrato de trabajo”.
Osvaldo estuvo a punto de viajar a Moscú cuando, a raíz de las denuncias de reclutamiento engañoso e ilegal de los jóvenes Alex y Andorf Velázquez García, lanzadas desde Rusia, estalló el escándalo sobre una presunta “red de trata de cubanos operada desde el exterior” que, de acuerdo con la versión del régimen cubano, terminó con la detención de casi una veintena de personas en la Isla, investigadas, entre otros, por el delito de “mercenarismo” pero de la cual no se ha dado más detalles ni se ha vuelto a decir nada.
“Ya tenía el pasaporte, el pasaje lo tenía para este 10 de septiembre”, asegura Osvaldo. “Hicimos hasta una fiesta de despedida en la casa pero el día antes me llaman, un cubano que ni sé todavía quién es (…), con número oculto, y me dice que no hay viaje, que había que esperar, entonces le escribo a Liosha [Liosha Semenov, contratista en Rusia] y no me responde, incluso me bloqueó, desapareció (…). Aun así le dije a mi mamá, voy para el aeropuerto porque esto a lo mejor es que me están corriendo una máquina [broma] pero cuando voy a chequear, me apartan de la fila, y como a los 15 minutos viene un hombre vestido de civil que me lleva a una oficina. Ahí me dice que no puedo viajar, le pregunto si hay problemas con el pasaporte pero me dice que no, que no pasa nada pero que no podía viajar por el momento, así y ya. Coge tus cosas y dale. A mí no me han venido a buscar, nadie me preguntó más nada, solo me dijeron ve para la casa y tranquilo. Por suerte yo no tuve que pagar ni un peso, pero te imaginas, tenía tremendas ganas de irme de aquí”.
¿Cómo reclutan a los cubanos y quiénes lo hacen?
De las 11 personas entrevistadas bajo la condición de proteger sus identidades, todas afirmaron haber estado vinculadas de manera reciente como soldados u oficiales de bajo rango al Ejército cubano antes de la captación para alistarse como mercenarios en las Fuerzas Armadas de Rusia.
Todos dijeron haber recibido entrenamientos especiales en infantería y artes marciales, así como días antes del primer contacto por los canales de mensajería de sus redes sociales, haber asistido a una charla sobre la amistad entre Cuba y Rusia, ofrecida por militares cubanos, y la sugerencia de una posible ayuda en caso de que el Gobierno ruso la solicitara.
Igualmente todos señalaron haber tenido un primer contacto con sus reclutadores en la Isla y en Rusia a través de Facebook, e igualmente bajo la fachada de un contrato de trabajo para labores de construcción. Solo uno de los entrevistados fue solicitado para servicios de “mula” o de contrabando de mercancías, aunque después quedaran claros los verdaderos propósitos.
CubaNet realizó una investigación en más de una decena de grupos en redes sociales, fundamentalmente Facebook y WhatsApp, relacionados con el asunto Cuba-Rusia, con el objetivo de encontrar, de forma velada, posibles contratistas; sin embargo, llama la atención que los anuncios al respecto son escasos, casi siempre subidos por la misma persona, con número de contacto en Cuba (lo que revela una actuación abierta), y los pocos que existen no responden solicitudes de conversación y hasta bloquean a los usuarios que, al parecer, no les interesan o no han sido previamente referidos por alguien ya contratado.
Fuente: CunaNet.