El poderoso senador demócrata de origen cubano, Robert Menéndez, imputado por la justicia estadounidense por soborno y extorsión, aseguró ayer lunes lunes que los cargos “son serios, pero solo son alegaciones” y se mostró confiado en que será absuelto.
“Creo firmemente que seré exonerado”, dijo el senador, que anunció que no dimitirá.
La justicia estadounidense lo acusó el viernes, así como a su esposa Nadine Menéndez, y tres empresarios de participar en una trama de sobornos y tráfico de influencias para favorecer a empresarios y el gobierno de Egipto.
“Todas las personas son inocentes hasta que se demuestra su culpabilidad”, dijo en conferencia de prensa el senador, que recordó su trayectoria de más de 30 años en la política para defender “con uñas y dientes” lo que creyó que era “justo”.
Según la fiscalía estadounidense, en su domicilio de Nueva Jersey, se encontraron 550.000 dólares en efectivo y lingotes de oro valorados en más de 150.000 dólares, así como un auto de lujo donado por uno de los empresarios.
“Reconozco la gravedad de este momento y que será mi mayor batalla hasta hoy en día”, dijo también en español este hijo de inmigrantes cubanos de 69 años, que el viernes, tras anunciarse su imputación, dimitió “temporalmente” de la presidencia de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, desde donde influyó en la política exterior estadounidense.
El senador, conocido como Bob, su esposa Nadine Menéndez y tres empresarios, Wael Hana, José Uribe y Fred Daibes, fueron acusados de dos cargos de soborno y fraude, y Menéndez y su esposa también fueron acusados de extorsión.
De ser declarados culpables, los cargos más graves pueden acarrear hasta 20 años de cárcel.
El senador justificó las cantidades de dinero que mantenía en casa por “la historia de mi familia víctima de la confiscación en Cuba”, lo que puede resultar “pasado de moda” pero aseguró, que es dinero que sacó “de su cuenta de ahorro” producto de “30 años de trabajo”.
Según las acusaciones de la fiscalía del tribunal sur de Manhattan, Menéndez facilitó información sensible a Egipto para ayudar al empresario egipcio-estadounidense Wael Hana a proteger su monopolio.
“Oportunidad política”
“El senador y su esposa aceptaron cientos de miles de dólares en sobornos a cambio de que el senador Menéndez utilizara su poder e influencia para proteger y enriquecer a esos empresarios y beneficiar al gobierno de Egipto”, asegura el fiscal Damian Williams en su auto de inculpación.
Asimismo, “Menéndez proporcionó información sensible del gobierno de Estados Unidos y adoptó otras medidas que ayudaron secretamente al gobierno de Egipto”, afirma la acusación.
“Lamentablemente, sé que en lugar de esperar a que se presenten todos los hechos, otros se han apresurado a juzgar porque ven una oportunidad política para sí mismos o para quienes les rodean”, explicó el senador desde Union City, en Nueva Jersey, rodeado de fieles.
Se trata de la segunda acusación de corrupción en ocho años contra el veterano político de Nueva Jersey, que puede hacer peligrar su posición, y con ella la escasa mayoría del Partido Demócrata en el Senado.
Senador desde 2006 y antes miembro de la Cámara de Representantes durante 14 años, Menéndez ha sido un incondicional demócrata en el Congreso durante tres décadas.
Como presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado ha sido un feroz opositor a la normalización de las relaciones con Cuba y acérrimo enemigo de Venezuela y China, y defensor de Israel.
En 2015, fue acusado de aceptar sobornos de vuelos en jets privados, vacaciones de lujo y más de 750.000 dólares en donaciones ilegales de campaña.
Pero los cargos fueron desestimados tres años más tarde debido a que el jurado no logró llegar a un veredicto unánime y el departamento de Justicia desistió realizar un nuevo juicio.
Menéndez anunció que se presenta a la reelección al Senado en los comicios de 2024, donde los demócratas, se juegan su actual estrecha mayoría 51-49 escaños.
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