El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, aseguró este martes que el gigante suramericano “está de vuelta” en África para relanzar las relaciones comerciales —que se contrajeron un tercio la última década— bajo el esquema de cooperación Sur-Sur, transversalizado por alianzas de los Estados con el sector privado y el financiamiento de proyectos estratégicos a través del Nuevo Banco de Desarrollo (Banco de los BRICS).
“Hay mucho espacio para crecer. Además de un pasado que nos une, también compartimos una visión común de futuro […]. Brasil está de vuelta al continente del que nunca debió separarse. África reúne vastas oportunidades y un enorme potencial de crecimiento”, manifestó durante su participación en el Foro Empresarial de los BRICS, en la ciudad sudafricana de Johannesburgo.
Apuntó asimismo que en África están en marcha “proyectos ambiciosos” para la construcción de zonas de libre comercio, que representan una buena oportunidad de colocación de mercancías brasileñas como alimentos, bebidas, manufacturas de hierro y acero, hidrocarburos y minerales varios, en un mercado que abarca 54 países, 1.300 millones de personas, un PIB superior a 3 billones de dólares y con la población más joven de todo el orbe.
Cooperación más allá del comercio
Aunque la intervención de Lula estuvo dirigida a empresarios, también puso sobre la mesa intercambios científico-técnicos entre Estados y empresas públicas en áreas clave como la producción de alimentos, el fortalecimiento de la infraestructura sanitaria, el cambio en la matriz energética, la protección del medioambiente y la construcción de cadenas de valor asociadas a la explotación de minerales estratégicos.
En su decir, en el continente africano está el 65 % de todas las tierras aptas para la producción agrícola en el mundo, lo que le otorga “una fuerte vocación para ser una potencia agrícola, con capacidad para alimentar a sus pueblos y ofrecer soluciones para la seguridad alimentaria global”.
“Con la inversión en tecnología, Brasil desarrolló técnicas modernas de agricultura tropical que pueden ser replicadas con éxito en África. Mediante la empresa brasileña de investigación agropecuaria, hicimos del cerrado un área de alta productividad agrícola y podemos replicar esta experiencia muy exitosa en la sabana africana”, ilustró.
Preservación sustentable del medioambiente
En relación con el cambio de la matriz energética y la mitigación de los efectos del calentamiento global, Da Silva puntualizó que África “está en el corazón de las transiciones energéticas”, pues “posee reservas de minerales críticos como litio y cobalto, que desempeñarán un papel estratégico” para que los países africanos “no permanezcan como meros exportadores de productos primarios”.
“Debemos aprovechar para forjar la integración de nuestras cadenas productivas y agregar valor a los bienes y servicios que producimos, de forma sostenible”, agregó.
Asimismo, llamó a recordar que el continente africano “es la región del mundo que menos emite gases de efecto invernadero”, aunque debe lidiar con “las consecuencias más perversas del calentamiento global, como sequías, inundaciones, incendios y tempestades”, y lleva sobre sus hombros, como los países amazónicos, “la responsabilidad de cuidar de las selvas tropicales y preservar la biodiversidad”, al tiempo que intenta poner freno a la creciente desertificación.
El líder izquierdista insistió en que los beneficios de mitigación de los efectos del calentamiento global que ofrecen las selvas tropicales al mundo “deben ser remunerados de forma justa y equitativa”, mientras que los recursos susceptibles de explotación sustentables dentro de esos ecosistemas “deben generar empleos e ingresos y ofrecer alternativas a la explotación predatoria de los recursos naturales”.
Con respecto a las inversiones en fuentes alternas de energía, aludió a la potencialidad de Brasil para producir hidrógeno verde —que calificó de “enorme”—, así como a la construcción de infraestructuras par la generación de energía solar, eólica y biocombustibles.
Más conexiones entre las dos orillas del Atlántico
Desde el punto de vista de Lula da Silva, la integración económica y productiva entre África y Brasil está sujeta a la ampliación de las conexiones aéreas y marítimas entre las dos regiones.
“Es inexplicable que aún no tengamos vuelos directos entre São Paulo y Johannesburgo, El Cairo y Dakar, esenciales para el aumento del flujo de personas, comercio y turismo”, reclamó, antes de indicar que el Consejo Empresarial de los BRICS propuso la firma de un acuerdo multilateral de servicios aéreos entre los miembros del bloque, con la participación de las autoridades nacionales en la materia.
BRICS, fuerza motriz de las economías del Sur
Antes de referirse a posibles oportunidades de inversión del sector privado brasileño y africano en proyectos de desarrollo, Lula ofreció un paneo general sobre las fortalezas de los BRICS, que en el presente representan un tercio de la economía mundial y crecerán en relevancia en los próximos años, según apuntan los especialistas.
“Superamos al G7, respondemos por 32 % del PIB mundial en paridad de poder adquisitivo. Proyecciones indican que los mercados emergentes, en desarrollo, son aquellos que presentarán mayor índice de crecimiento en los años venideros, según el FMI (Fondo Monetario Internacional)”, precisó, a lo que sumó que, mientras las economías del Norte global se están desacelerando, las llamadas “emergentes” exhiben el comportamiento opuesto.
“Esto demuestra que el dinamismo de la economía está en el Sur global y los BRICS representan su fuerza motriz”, añadió.
Lula también mencionó la adopción “de la unidad de cuenta de referencia para el comercio” —que no pretende reemplazar a las monedas nacionales dentro del grupo— y el financiamiento a los países de menores ingresos, cuya necesidad es, a su parecer, “muy alta” y se ha visto limitada por el accionar de las instituciones heredadas de Bretton-Woods.
“La falta de reformas sustanciales de las instituciones financieras internacionales limita el volumen y las modalidades de crédito de los bancos ya existentes. La decisión de establecer el Nuevo Banco de Desarrollo representó un hito en la colaboración efectiva entre las economías emergentes. Nuestro banco conjunto debe ser un líder global del financiamiento de proyectos que aborden los desafíos más urgentes de nuestros pueblos y de nuestro tiempo”, valoró.
Finalmente, comentó que el próximo diciembre Brasil ocupará la presidencia del G20 y que la ‘troika’ de este bloque estará ocupada por tres naciones de los BRICS, lo que ofrecerá “una gran oportunidad para avanzar temas de interés del Sur global”.
Lula participa en la XV Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de los BRICS, que se desarrolla en Johannesburgo, Sudáfrica, donde además de oportunidades de negocios se discutirán asuntos estratégicos como la ampliación del grupo, compuesto actualmente por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
De acuerdo con el presidente sudafricano, Cyrill Ramaphosa, los actuales integrantes están a favor de ampliar la membresía a una veintena países, incluyendo Argelia, Argentina, Irán y Venezuela, que ya presentaron solicitudes formales de adhesión.