Seúl, Corea Del Sur.El soldado estadounidense Travis King escapó a Corea del Norte para huir del “maltrato inhumano y la discriminación racial dentro del ejército” de Estados Unidos, afirmaron este miércoles los medios estatales de Pyongyang, en la primera confirmación oficial sobre la presencia del militar en el país.
Este soldado raso, que tenía un expediente disciplinario irregular, tenía previsto volver a Estados Unidos en julio, pero se escabulló del aeropuerto, se unió a una visita turística a la zona desmilitarizada que divide la península y cruzó la frontera a Corea del Norte.
King, de 23 años según la prensa, debía enfrentarse a medidas disciplinarias en Estados Unidos, después de participar en una pelea en un bar, haber tenido un altercado con la policía y de haber sido detenido en una cárcel en Corea del Sur.
Estados Unidos había informado que King cruzó la frontera de forma intencional y sin autorización, pero hasta ahora Corea del Norte no se había pronunciado.
“Travis King admitió que entró ilegalmente al territorio de la RPDC”, dijo la agencia de noticias KCNA usando las siglas del nombre oficial del país, República Popular Democrática de Corea.
“Durante la investigación, Travis King confesó que había decidido venir a la RPDC (República Popular de Corea del Norte) porque tenía resentimientos por el maltrato inhumano y la discriminación racial dentro del ejército estadounidense”, agregó la agencia.
King “pasó a estar bajo control de soldados del Ejército Popular de Corea”, apuntó la agencia de noticias estatal.
“También expresó su voluntad de buscar refugio en la RPDC o un tercer país, diciendo que estaba desilusionado con la desigualdad de la sociedad estadounidense”, agregó KCNA.
Estados Unidos no tiene ningún vínculo diplomático formal con Corea del Norte y, desde que este país cerró sus fronteras al comienzo de la pandemia, la mayoría de las embajadas en Pyongyang retiraron a sus diplomáticos.
El Comando de Naciones Unidas, que supervisa el armisticio que puso fin a las hostilidades de la guerra de Corea (1950-1953), informó en julio que había iniciado conversaciones con Pyongyang sobre este caso.
Pero el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, señaló que aunque habían establecido contacto con los norcoreanos, desconocen la situación del soldado.
KCNA no informó sobre la salud de King ni donde se encuentra, y tampoco especificó qué hará con él el gobierno norcoreano.
– Una oportunidad de propaganda –
Para Soo Kim, ex analista de la CIA y jefa del área de prácticas políticas de LMI Consulting, dijo a AFP que este anuncio sobre King es pura propaganda.
“La entrada de King a Corea del Norte brindó al régimen de Kim una oportunidad en varios sentidos. La primera de ellas es, por supuesto, la posibilidad de negociar con Estados Unidos la liberación de King”, apuntó.
Los norcoreanos son “negociadores duros” y para Estados Unidos no será fácil conseguir su liberación, agregó esta experta.
El país dirigido por Kim Jong Un tiene un largo historial de detener a estadounidenses para usarlos como moneda de cambio en negociaciones bilaterales.
“Es también una oportunidad para la propaganda del régimen de hacer lo suyo: voltear la situación para criticar a Estados Unidos y expresar la arraigada hostilidad de Pyongyang hacia Washington”, agregó.
Para Vladimir Tikhonov, profesor de estudios coreanos en la Universidad de Oslo, el hecho de que King sea un soldado negro tiene un “cierto valor propagandístico para los norcoreanos”.
“El racismo blanco y el maltrato que sufren las personas negras es un punto que suele enfatizar la propaganda norcoreana”, dijo a AFP.
El suceso ocurre en uno de los peores momentos en las relaciones entre Seúl y Pyongyang, ya que el Norte está en una carrera para desarrollar armas nucleares y el Sur ha multiplicado los ejercicios militares con Estados Unidos.
Los dos países siguen técnicamente en guerra después de que el conflicto de los años 1950 terminara con un armisticio y no un tratado de paz.
La frontera está fuertemente militarizada, pero en el área de seguridad compartida está separada por un muro de hormigón, que es fácil de franquear, pese a la presencia de soldados.
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