Los machos de una extraña especie de opilión, un artrópodo de forma similar a las arañas, no presentan una forma única, sino que pueden desarrollarse en tres tipos distintos, una característica poco común que ha intrigado a los entomólogos desde hace unos años.
Ahora, destaca la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda), gracias a una nueva investigación, los investigadores han logrado explicar las causas de este fenómeno.
Según detallan los expertos, las hembras de la especie ‘Forsteropsalis pureora’, que habita en bosques nativos húmedos y en cuevas de Nueva Zelanda, son de un solo tipo, mientras que los machos son trimórficos, es decir, existen tres tipos, cada uno con un tamaño y una forma corporal diferente.
Una especie con tres tipos de macho
Los machos alfa y beta son los de mayor tamaño y se caracterizan por sus grandes quelíceros (mandíbulas), que pueden equivaler hasta el 50 % de su peso corporal. Estos son utilizados como armas en enfrentamientos con otros machos para acceder a las hembras.
Por su parte, los machos gamma son en promedio hasta siete veces más pequeños que los otros dos tipos, por lo que no tienen forma de competir cuerpo a cuerpo con los alfa y beta. Sin embargo, estos han desarrollado una táctica de apareamiento distinta: en lugar de luchar, buscan hembras indefensas con las que aparearse furtivamente.
Una de las características más notables de este opilión, describen los investigadores en un artículo publicado en la revista Behavioral Ecology, es que puede desprenderse de las patas para escapar de los depredadores, pero estas no le vuelven a crecer.
Los machos que perdieron al menos una extremidad durante su desarrollo tienen 45 veces más probabilidades de convertirse en machos adultos gamma. “Tal vez esto se deba a que no pueden obtener suficiente alimento para su desarrollo porque su caza se ve obstaculizada […] O quizá no tiene sentido desarrollar grandes armas de combate cuando ya están en desventaja a la hora de luchar”, explicó Erin Powell, coautora de la publicación.
El trimorfismo es un fenómeno poco común en el reino animal que se cree que es causado por una combinación de factores genéticos y de nutrición. No obstante, destacan los autores, estos hallazgos demuestran que los factores ambientales, como la experiencia con los depredadores, pueden ser más importantes de lo que se sospechaba para favorecer la variación dentro de una misma especie y determinar la forma final adulta de los machos.